Un mes después del enlace real, la boda de Alberto de Mónaco con la deportista sudafricana Charlene Wittstock ha sido una de las noticias del verano. Por ello, queremos analizar el estilo de la nadadora, que ha adquirido el tratamiento de Su Alteza Serenísima, como en su día hizo la actriz convertida en princesa, Grace Kelly.
En la boda del Príncipe Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, pudimos verla con un abrigo sencillo y de corte recto en un tono grisáceo acompañado de una amplia pamela blanca y salones en color nude. Esta elección la proclamó como una de las mejores vestidas de la ceremonia real.
Sencillez en los actos oficiales
Durante el día, los estilismos de la prometida del príncipe Alberto suelen ser pantalones anchos y americanas, normalmente en los colores mencionados anteriormente, que combina entre sí.
En cuanto a los accesorios, sigue prefiriendo la sencillez (mejor que falte y que no sobre) y acompaña sus looks con pendientes de brillantes o discretos collares de perlas. El pelo, eso sí, siempre recogido en discretos moños.
Si algo remarcaría de su estilo es la sencillez y el clasicismo, a veces un poco exagerado para una chica tan joven, justificado, con casi toda seguridad, por su cargo en el Principado de Mónaco.
El traje de novia no ha supuesto tanto secretismo como vivimos con la duquesa de Cambridge y pudimos verla vestida de blanco por su íntimo amigo el diseñador Giorgio Armani. El traje en seda duchesse mostraba los tonificados hombros de la sudafricana, protagonistas gracias a las dos bandas cruzadas que formaban un escote barco. El italiano ya había trabajado con la princesa en varias ocasiones y parece que Charlene Wittstock lo tiene claro, Armani nunca falla.