No hay nada más infalible y necesario que una camisa blanca. Sí, la tradicional prenda de algodón abotonada que combina con casi cualquier conjunto, perfecta para cada situación y adaptada a todo tipo de persona son la tendencia de temporada tras temporada. Adaptable a las cuatro estaciones del año, esta pieza es un básico de armario que no puede faltar nunca.
La camisa blanca es fácil de combinar gracias a su sencillez, por lo que se puede adaptar al estilismo de cada uno de manera muy clásica o también tienes la posibilidad de añadirle un toque muy original. Lo que sí que necesitas es tener claro cuál va a ser tu modelo preferido.
Gran variedad de camisas blancas
Lo más típico de este básico imprescindible es que son cómodas y, una vez puestas, dan una sensación de seguridad a tu estilismo que te ayudará a mantener una presencia de tu figura muy estilizada. Puedes seleccionar la que mejor se adapte a tu manera de ser, ya sea en los modelos fit que se ciñen un poco más a tu figura o en los patronajes que se asemejan al tipo masculino, que son las regular.
Una de las características que cabe destacar es que representan una prenda de vestir, no solo elegante y de buen gusto que te permite tener un buen aspecto siempre, sino que también son frescas y muy cómodas. Esto nos lleva a pensar en ellas como un complemento clásico al que recurrir en caso de dudas.
Puedes elegir también entre el tipo de cuello para que se adapte a tu cuerpo, de tal manera que puedas sacarte más partido gracias al estilismo que con el que acompañes a la camisa blanca. De las diferentes anchuras de las solapas las hay entre redondas y finas a las más anchas, abiertas y con picos pronunciados. Lo que aporta un toque extra a tu clavícula, reforzando el rostro y el resto del cuerpo al ser rectas y en el primer caso o ajustadas en el segundo modelo.
En cuanto a los cierres, las camisas blancas tienen diversas clases de estructuras a la hora de abrocharlas. Por lo que los botones, la clásica manera de representarlas y a los que recurrimos siempre en nuestro imaginario, se pueden convertir en corchetes o clips para crear una dinámica diferente. También en cuanto al eje central puedes hacerte servir de botones ocultos por una doble costura, volantes adicionales o acabados distintos que den una vuelta al clásico reinventado.
Contras de la camisa blanca
Las camisas blancas de toda la vida siempre nos traen las mismas disputas de siempre: el planchado. Las tradicionales de algodón requieren de un cuidado a la hora de lavar, planchar y guardar ya que se quedan marcados los surcos del doblado o, en caso de no ponerlo correctamente en el armario, las arrugas son difíciles de solucionar. Otro de los inconvenientes a tener en cuenta es la talla adecuada, porque si encajamos demasiado la prenda a nuestro cuerpo para que nos quede ceñida, puede que los botones queden demasiado tirantes y acabe por estropear la estética.
Trucos para el día a día
Si lo tradicional te aburre, evita caer en la dinámica típica de camisas blancas con pantalón de pinza o falda lápiz que nos lleva al clásico estilo de oficina. Se puede salir de este círculo tan cerrado y poco creativo que, a pesar de dar una muy buena imagen corporativa, no siempre resulta bienvenida porque es demasiado convencional.
También está el casual para el día a día, ya sea con mocasines, bailarinas, sandalias o calzado deportivo en el que se combina el pantalón vaquero con la camisa blanca. Aunque está la opción B a este estilo, que es el de combinar una camiseta básica ajustada con una camisa abierta y más ancha para un look muy estudiado.
Si lo que buscas es algo parecido, pero sin caer en lo obvio, prueba a cambiar el modelo ajustado en ambas partes del cuerpo, acudiendo a unos tejados rectos o incluso acampanados y con la parte superior de corte masculino. Esto te aportará una estética mucho más relajada e incluso cómoda que la anterior.
Por otro lado, puedes arriesgar un poquito más si apuestas por faldas largas o midi en formato tableado. Adaptas dos de las tendencias del momento y le das a tu aspecto una apariencia bohemia que resulta ideal para los fines de semana. No hay nada como las prendas confortables, por lo que puedes optar por las bambas en ciudad y las sandalias en los paseos costeros.
Luego están los dos que cada temporada acaban por establecerse como favoritos, pero sin ser los más populares. Las camisas blancas con una longitud más larga, que simula un vestido corto, lo puedes combinar con unos pantalones cortos y un calzado cómodo y plano para el día. Solo con cambiarte de zapatos para la noche, este look te puede servir 24/7.
Finalmente, la otra estética más asociada a las blusas, pero que se puede combinar igualmente con las camisas blancas, son los pantalones de lino. A pesar de ser una prenda más de verano, hará días en la primavera que te apetezca ir más fresco sin tener que mostrar tus piernas todavía, por lo que resulta del todo atractiva esta propuesta. Eso sí, que no sean modelos tan anchos como los que nos pondríamos con una blusa.
Gran variedad de tejidos
Además de contar siempre con un modelo de algodón, que es el tejido más común que toda persona debería tener para cualquier situación de emergencia, el lino o la seda son dos materiales más a los que puedes recurrir. Estos son más caros, pero su acabado delicado y su sensación de ligereza dará un aspecto totalmente distintivo y de calidad a tu estilismo.
Más allá del blanco
Como color primordial de la camisa, el blanco es el que mejor se adaptará a cualquier situación, así como la luminosidad que aporta a la estética. El negro también se considera un imprescindible, aunque tiene una connotación más seria y formal, por lo que no siempre será acertado dependiendo del contexto. Aun así, atrévete también con el amarillo y el acabado arena, dos tonalidades claras y alegres perfectas para esta primavera.
Otro tipo de camisas blancas son las estampadas, aunque también los hay en otros colores. La ventaja del blanco es esa luminosidad de la que hablábamos antes. Un patronaje acertado y combinado con la pieza adecuada, tu look se adaptará a la perfección gracias a este básico que tanto ayuda a conseguir ese aspecto cuidado y fresco.