Alrededor del 70 por ciento de las mujeres españolas no sabe cuál es su talla correcta de sujetador. Incluso es normal hablar de tallas 85, 90, 100, sin referirnos más que al número y no la copa, lo cual lleva lugar a equívocos, pues en las tiendas de ropa es común encontrarnos copas B o C casi exclusivamente. Probamos lo que nos vaya bien según calculamos a ojo, pero nunca acabamos de encontrar la talla correcta, porque o nos queda muy grande, o nos aprieta. Pero eso no es lo normal, el sostén tiene que resultar totalmente cómodo, no debe apretar ni dejar marca, sujetar bien el pecho y lo ideal es que no lo notemos. Que al quitarlo no tengamos esa sensación de liberación tan grande. Si la sentimos, es que durante el día hemos estado "demasiado sujetas".
El problema estriba, sobre todo, en que en las tiendas hay muy poca variedad de tallas, e incluso en las especializadas. Las mujeres de pecho pequeño no encuentran tan fácilmente una copa A, y las de pecho grande no son capaces de comprar una copa D o E, y normalmente han de recurrir a productos más caros. Es la tendencia de la moda a que nos amoldemos a los cuerpos más "normativos" o de "deseables", despreciando, con o sin intención, la múltiple variedad de cuerpos que existen.
Calcular la talla de sujetador es muy sencillo, y para ello sólo necesitamos una cinta métrica. Debemos entender que la talla del sostén está compuesta por dos medidas: la del torso (la numérica) y la de la copa (la letra). La primera hace referencia sólo a la anchura del torso, nuestro contorno, es decir, lo anchas o estrechas que seamos, independientemente del pecho. La copa es la que mide el volumen del pecho, si es más grande, más pequeño, etc. Así que estas son, definitivamente, los paseos que neceistamos seguir.
1. Medir el torso
Para medir el torso, debemos pasar la cinta métrica alrededor del mismo, justo por debajo de los pechos. No es necesario apretar mucho, porque no tiene que ser una medida muy exacta, recuerda que los sujetadores tienen varias posiciones de cierre, y cuanto más pequeño sea, más nos apretará.
Lo que tenemos que hacer es sumar +15 a esa medida y el resultado, aproximado, es la talla.
Así, si nuestro contorno es de 75, la talla será una 90. Pero si es de 73, por ejemplo, la suma queda en 88, así que redondeamos hacia arriba.
2. Medir la copa
Para medir la copa, pasa la cintra métrica alrededor de tus pechos, justo a la altura de los pezones, que es la más salida. Se recomienda que se tome la medida con un sujetador puesto, porque este nos levanta más el pecho y añade volumen. Después, apunta el valor de la medida porque toca hacer una cuenta.
3. Resta la medida del torso de la de la copa
En realidad, la letra de la copa depende de cuánta diferencia de medida haya entre el pecho y el torso. A medida que esa diferencia sea mayor, la letra irá aumentando.
- Si la diferencia es 13 cm o menor, tu copa es la A.
- Si la diferencia es de 15 cm, tu copa es la B.
- Si la diferencia es de 17 cm, tu copa es la C.
- Si la diferencia es de 19 cm, tu copa es la D.
- Si la diferencia es de 21 cm, tu copa es la E.
Como podemos ver, esta diferencia va aumentando de 2 en 2 centímetros. ¿Qué pasa si mi diferencia da 14, 16, 18... centímetros? Muy fácil, redondea hacia arriba, queremos que sea lo más confortable posible, y el objetivo es que nos sintamos cómodas.
4. Mira en una tabla para comparar los resultados
En internet existen multitud de calculadoras y tallas para saber tu talla, e incluso algunas tiendas de lencería cuentan son sus propias tablas en el probador. Puedes mirar una o varias, y ver cuál es el resultado al que más se acerca.
5. Prueba varias tallas
Cómo no, a la hora de comprar sujetadores lo más lógico es, aunque hayamos hecho varias cuentas, elegir dos tallas entre las que dudemos y probarlas. Te sorprenderá lo bien que vas a identificar la talla perfecta, se amoldará a tu cuerpo como si estuviera hecho especialmente para ti, y puede que antes estuvieras comprando una medida y una copa totalmente erróneas.
Por ejemplo, si tienes el pecho pequeño es común comprar una 85B, que hay a montones en las tiendas. Sin embargo, descubrirás que en realidad te sientes mejor con la 90A, dejarás de tener marcas en la piel y verás que el sostén se complementa muy bien con la forma de tu pecho.
Consecuencias de no llevar una talla de sujetador o sostén correcta
Se ha encontrado relación entre utilizar una talla errónea de sujetador y dolor de espalda, dolor de cuello y de cabeza, irritaciones y rozaduras de piel, problemas de riego sanguíneo o dolor en las mamas.
Se pensaba que llevar el sujetador demasiado estrecho podía obstruir el drenaje linfático y provocar cáncer de mama, pero un estudio publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkets and Prevention mostró que no había relación ninguna entre ambos fenómenos.
La incomodidad, además, es patente, y esta se ve reflejada en nuestro día a día. Si es demasiado ancho, nuestros pechos no estarían bien sujetos, y tendríamos, también, que estar constantemente ajustándonos la prenda. En cambio, si lo llevamos muy pegado, que es lo más común, sería como llevar durante el día entero una goma de oficina alrededor de la pierna o el brazo, pensaríamos que es una locur. Pues lo mismo ocurre con el sostén o sujetador, no deja de ser un elemento extraño que no nos permite desenvolvernos cómodamente.
Por lo que no lo dudes más y comprueba tu talla de sujetador. Notarás la mejora. Todas tenemos en el mundo un sujetador para nosotras, otra cosa es que sea fácil de encontrar.