Cómo combinar las rayas con estilo

En el mundo de la moda todo look tiene sus altibajos, algunos incluso su fecha de caducidad. Por eso ocurre que, en ocasiones más bien frecuentes, algunos estampados o piezas concretas se nos resisten en nuestro armario y no sabemos cómo sacarlas del fondo. Para que no pasen las horas muertas esperando un ápice de creatividad en tu vestuario, te comentamos cuáles son los estilos más fáciles de combinar a la hora de lucir unas rayas en condiciones.

Para que todo el mundo pueda utilizarlas, nos remitiremos a los estilismos más sencillos para combinar, porque solo algunas personas ya expertas en materia pueden atreverse y consiguen con buena nota un look de mezcla apto. El problema de este estampado tan común es que a veces se resiste a casar con el resto de nuestras prendas, pero eso tiene fácil solución.

Del blanco y negro al tecnicolor

Empezaremos destacando el tipo de rayas que podemos encontrar con más facilidad si nos da por rebuscar entre nuestras prendas de armario. Las de tipo vertical son las que más dominan en el panorama de la moda. De estas destaca su versatilidad para todo tipo de momentos y piezas, por eso son las elegidas para muchos. Dan altura y estilizan la figura, ya sea en camisas, abrigos o pantalones. Además, son perfectas para combinar en un look de oficina.

Las rayas horizontales aportan volumen

Por otro lado, las rayas horizontales aportan volumen y remarcan la curvas femeninas, por lo que hay que andar con un poco de cuidado dependiendo del tipo de prenda que utilicemos. En este caso, las faldas lápiz ajustadas, los vestidos canalé y los jerséis de lana son sus mejores aliados. Hay que evitar que las camisas que elijamos con este estampado sean ajustadas, porque ampliarían la forma de la cintura y parecería que nuestro pecho y nuestra espalda es más ancha de lo normal. Las piezas que sean estrechas es mejor que también sean largas, para dar simetría al cuerpo y alargar el busto, que no se corte en la cintura del pantalón.

Por último, las rayas diagonales son un estampado perfecto que cada vez está más de moda. Estas tienen un rollo más desenfadado y aportan frescura propia a un estilo que se asienta en las bases de la filosofía hippie. Llevado al lado más chic de la moda, este estampado es imprescindible en piezas con vuelo y volumen, preferiblemente en tejidos finos. Faldas cortas o largas plisadas, vestidos y camisetas se adueñan y traspasan la barrera del clásico blanco y negro, porque los colores toman el control.

Estilos rayados

El más conocido es el estilo navy para estas ocasiones. Además del clásico blanco y azul, el negro sobre el fondo blanco también puede combinarse e incluirse en la lista marinera. Aportando un toque de colorido con piezas rojas o azules intensas, la combinación queda perfecta y en sintonía. También se le puede acompañar al look de complementos y accesorios dorados, pero sin que sean exagerados.

Los jerséis son la pieza fundamental del invierno, sobre todo si es en un estampado rayado. Blanco y negro es el clásico, aunque no es el único básico. Es mejor si las rayas son horizontales pero desiguales, es decir, que haya una degradación de tamaños y acompañados siempre de jeans ajustados y lisos o en clave desgastados. Las botas irán perfectas para cerrar un look muy invernal.

Estampadas en faldas son una apuesta segura

Estampadas sobre pantalones o faldas, las rayas son las aliadas perfectas para todo tipo de ocasiones. Lo mejor es combinar estas piezas con otras de tonalidades lisas, para que destaquen las piernas. Dentro de estas prendas, hay diversas posibilidades a explotar.

El pantalón a rayas verticales en blanco y negro es un clásico, pero puedes seleccionar otra diversidad de colores. Son perfectos en clave skinny o palazzo para el día a día o una cita importante. Ambos lucen mejor con un poco de tacón, para que no achaten la figura de las piernas. Para un look clásico y formal, se recomienda seleccionar piezas finas donde el blanco sea más abundante que las líneas negras.

Luego están otro tipo de combinados imposibles que se hacen realidad, como todo en el mundo de la moda. El mix & match es un estilo difícil de conseguir solo apto para las más atrevidas. En este caso, es el resultado de combinar varias piezas de la misma tonalidad o parecida en clave rayado, pero que cada pieza vaya en distinta dirección -incluso hay vestidos o monos largos que cortan las líneas en mitad del modelo para seguir un sentido distinto-. Así conseguiremos que se noten los cortes de las rayas, como por ejemplo entre un pantalón de talle alto con una blusa fina metida por dentro de la cintura. Aquí es mejor si mezclamos verticales con diagonales.

Aparecen también otras posibilidades más arriesgadas. Los trajes a conjunto los hay de corte clásico, en clave masculino y otros más modernos que combinan chaquetas abiertas y amplias de lana con culotes largos. Son perfectos para la oficina, una escapada de copas y un look trendy, respectivamente. Lo mejor es acompañar a estos trajes contacones o stilettos, para dar un aporte de feminidad. Aunque también se puede añadir un toque deportivo al look con unas zapatillas deportivas que combinen con los colores que se lucen.

Tanto para verano como invierno, la moda ha llevado al extremo los vestidos de canalé. Pueden ser de tela fina o hechos en lana, para que puedas lucirlos todo el año. Para este caso, la combinación de más de dos colores es la apuesta perfecta. Siempre y cuando el blanco permanezca sobre otras tonalidades más oscuras, para dar un aspecto más relajado. Las líneas horizontales son las aliadas perfectas para este tipo de prendas.

Puedes utilizar las rayas en complementos

Las rayas podemos extrapolarlas al mundo de los complementos, que son perfectos cuando queremos que destaquen sobre el resto del look. Lo mejor en estos casos es seleccionar un atuendo neutro y relajado donde una cartera de mano con rayas diagonales o en zigzag sean el alma del vestuario.

Dejando a un lado el clásico blanco y negro, todas las piezas anteriores tienen sus primos mas cercanos: los colores. Estos aportan un estilo más casual y deportivo, aunque mejor si son camisetas amplias y con cuello barca o escote en uve. Se deben combinar con piezas más relajadas, como estampados lisos y de colores neutros en blanco -que dan un efecto relajado- o negro, que ponen el énfasis en las rayas coloridas.

Otras posibilidades

Los pañuelos o fulares, las chaquetas vaqueras o americanas lisas, las botas negras de tacón o los tacones altos son los accesorios perfectos para acompañar a unas piezas, en ocasiones, raras de combinar. Si seleccionamos el blanco y negro como estampado de rayas, lo mejor que podemos hacer es seleccionar piezas lisas en tonalidades verdes militares o granates oscuros, que darán más seriedad y quedarán perfectos.

Cuando se utilicen estampados de colores, es mejor que los demás complementos sean de colores neutros y nada llamativos, para que no haya una lucha de poder entre las dos piezas en nuestro vestuario. Mientras que si combinados rayas blancas y negras, podemos apostar tanto por complementos negros -que serán mejor que los blancos, ya que darán una sensación demasiado luminosa- como por detalles más coloristas, como por ejemplo en los zapatos, las carteras de mano o las chaquetas.

Cuidado con combinar rayas con otros estampados

Eso sí, cuidado con combinar rayas y flores, cuadrados, rombos, etc. Hay que ser muy experta para que el efecto no quede demasiado geométrico y excéntrico. Sí que puedes apostar por prendas con rayas muy finas con efecto distorsionado si el otro complemento estampado no destaca, o rayas muy gruesas que casi no se perciba su motivo geométrico para que así destaque la otra prenda de vestir. Pero también hay que poner atención a las líneas distorsionadas, porque es mejor que vayan solas si el efecto es muy fuerte al primer golpe de vista.

Las piezas de zigzag, por otro lado, combinan a la perfección con unos pantalones de rayas verticales, atendiendo a que haya una separación entre ambos. Con esto nos referimos a que el jersey o la blusa zigzagueada acabe con una franja de un solo color -a ser posible en una de las dos tonalidades del vestuario, como todo en blanco y negro y la franja también negra- para separar ambas partes y que no quede recargado.