Una de las mayores preocupaciones que toda mamá primeriza tiene es cómo vestirse después del parto. El mayor problema es que no tenemos el mismo cuerpo que teníamos antes (y posible que nunca se vuelva a tener, aunque esto no tiene que ser algo negativo), ya que eso requiere algo de tiempo y un poco de esfuerzo. Por ello, y teniendo en cuenta el gran cambio que se ha vivido, es de vital importancia dedicarle el tiempo suficiente a qué ponernos pero sin dejar de pensar en la comodidad, algo importante en estas primeras semanas.
Redescubre tu armario
Los looks que teníamos preparados durante el embarazo ya no nos valen y lo que usábamos antes tampoco. Este problema deriva en la indecisión y, como le puede ocurrir a algunas mujeres, el estrés o la desesperación de ver que una vez más no tienen qué ponerse. Porque al ser madre la mujer pasa a poseer un cuerpo totalmente distinto, diferenciado por unas caderas más anchas y el vientre menos firme.
Las madres tienen que aprender a lucir una serie de looks que no se asemejan a los que solían llevar antes del parto con el estilo premamá. Ahora no se busca marcar el vientre redondeado donde se está gestando un bebé, sino apartar la atención de esa zona.
Tampoco se puede pretender volver a la talla que se tenía antes del embarazo, ya que para ello debemos estar concienciadas de que empezaremos con una recuperación física a base de ejercicio moderado en el momento que sea recomendable empezar. Así como las dietas, que deberás consultar con un especialista: para que no le falten nutrientes a tu cuerpo ni a tu bebé, porque es posible que hayas decidido dar el pecho.
Lo primero que se debe hacer, antes incluso de meterse a la caza de un nuevo ropero, es evaluar todo el armario. Tanto la ropa de temporada como la que guardamos en el fondo para futuros 'por si acaso' o momentos de nostalgia. Toda la ropa es buena en este momento. Debemos analizar qué nos puede servir, qué podemos retocar y cuáles son los imposibles, de momento.
Qué tipo de piezas utilizo
Intenta que a tus looks no les falte ese toque de nueva mamá. Pero siempre ten a mano prendas de ropa suaves y delicadas, es decir, que sean de materiales poco toscos o gruesos. Así conseguiremos que nuestra nueva figura no parezca más ruda y sí algo más natural y cómoda. El algodón y la seda son dos de los tejidos que mejor se irán en esta nueva etapa.
No vas a poder ponerte las cosas como antes, así que intenta visualizar otro tipo de estilo que se adapte a tu nueva figura de mamá. Fíjate en que siempre puedas encontrar en tu percha alguna pieza con caída. Las blusas ligeras, los jerséis finos o las camisetas deportivas pueden servirte mucho para estrenar siempre unos looks muy cómodos y apropiados para el día a día.
Las fajas, tu gran aliado
Existen fajas y bodis que son aptos para que las madres los utilicen tras el parto. Como el cuerpo todavía está delicado y en proceso de recuperación, estas prendas de ropa se convertirán en básico de tu armario de mamá. Elige las que sean aptas para este periodo, ya que así conseguirás recuperar tu figura antes.
Para las piernas siempre puedes utilizar mayas rectas o estrechas, pero que no sean muy ajustadas. Recuerda que estás en plena fase de recuperación física y tu cuerpo necesita ir ancho y confortable, no utilices piezas que vayan a apretarte la cintura u oprimir tus piernas.
Unos vaqueros, un básico
La mejor inversión en estos casos tras el parto es hacerse con unos buenos vaqueros. Esta pieza te irá perfecta para la mayoría de looks como nueva madre. Ser mamá da una belleza inigualable, pero si hay unos jeans a mano que ayuden, mejor.
Ropa interior cómoda
Existe una cierta importancia de la ropa interior. Viste braguitas de algodón y lycra cómodas, que no aprieten y sean fáciles de llevar, para controlar las posibles pérdidas y evitar que la zona del abdomen sufra, ya que es una parte delicada del cuerpo tras el parto. También tendrás que utilizar sujetadores que te permitan la lactancia en cualquier momento y situación, pero que a la vez se ajusten a tu pecho.
Looks de mamá
Tras el parto, las caderas se ensanchan y el vientre se siente menos firme. Así que intentaremos vestirnos según nuestras nuevas preferencias físicas. Por el momento, puedes empezar utilizando ropa oscura, aunque si eres de las que suele vestir con tonalidades alegres, opta por trasladar estos colores vivos al busto, pero sin exageraciones.
El negro, el color estrella
El negro pasará a ser tu color estrella, ya que da la sensación de cuerpo estilizado, alargado y recuperado. Aunque la clave, como casi siempre ocurre, está en los complementos. Aprende a combinar piezas de ropa básicas y sencillas con otras de abrigo oversize, bolsos, zapatos y joyería o bisutería que resten tristeza y sobriedad a los looks oscuros.
Cuidado, porque no hay que exagerar los looks con los complementos, ya que pretendemos conseguir un estilo cómodo y normal, no extravagante y que al final parezca que se nos han asentado los kilos del embarazo. Se busca disimular un poco el aspecto que deja el parto en el estómago.
Las prendas oversize, siempre sí
Te recomendamos el uso de maxi abrigos o ponchos, ya que son cómodos, estilosos y adaptables a la forma del cuerpo. Intenta que los estampados no sean muy recargados, para que luego no quede un look muy exagerado. Puedes utilizarlos tanto antes como después del parto, y quedará impecable en tu nuevo estilo de madre.
Hay que evitar entallados, trasparencias innecesaria e incómodas, cremalleras imposibles o botones de difícil acceso. Es el momento de ir
cómoda y funcional. Atrévete con las camisetas de lactancia, específicas para estas ocasiones, ya que te permiten ir segura y dar de mamar a tu bebé en cualquier lugar con total naturalidad.