Ir de compras es una de las actividades que más se practican -y para muchos con gusto- pero como cualquier otro 'deporte' hay que ir preparada para que no se convierta en una tortura. A nadie se le ocurriría ir a hacer senderismo con unos zapatos de tacón o a un evento formal en chándal. Así que para ir de compras tampoco basta con tirar de lo primero que se pilla en el armario.
Puede parecer una tontería, pero no lo es tanto. Seguramente te des cuenta de ello cuando pase el tiempo y no sepas qué hacer con el bolso o estés cansada de quitarte capas y capas de ropa cada vez que quieres probarte algo. No es que haya que elegir un look específico para ir de de compras -más importante a aún si se trata de las rebajas-, pero sí que hay que tener en cuenta una serie de circunstancias que pueden llegar a echar a perder un plan como este.
El calzado
Deportivas: ¿sí o no?
Pero antes de calzarse hay que pensar también qué es lo que se va a comprar. Puede que no se lleve una idea concreta o que sí se sepa que aunque tampoco se descarte de primeras probar todos los vaqueros que hay, porque nunca se tienen suficientes vaqueros -y más aún si son rebajadísimos-.
Cuando buscas algo para combinar
Pero hay que tener en cuenta que si lo que se busca es un look para un acontecimiento como una boda no queda bien probarse la ropa con un calzado plano. Si ya se tiene en mente con qué zapatos combinar esa prenda es mejor llevarlos para que así la prueba de vestuario sea lo más realista posible. No hace falta que se lleven puestos, basta con llevarlos en una bolsa y ponértelos cuando sea necesario. De este modo ni los mancharemos, ni influirán en qué ropa llevar ese día puesto.
Lo mismo ocurre si se trata de cualquier otra prenda de ropa a la que se le vaya a buscar na combinación. Mejor llevarla encima, así se evitará que al llegar a casa te des cuenta de que esa idea que parecía tan genial en la tienda en la práctica no es nada recomendado, salvo que se quieran redescubrir los límites de la moda -cosa que se pone en duda-.
Prendas sencillas y cómodas
Lo más recomendable es que al ir de compras lleves las menos prendas posibles, para facilitar la actividad en los probadores. Así, si por ejemplo se piensa pasar la tarde en el centro comercial lo mejor es dejar el abrigo en el coche. Vas a pasar la mayor parte del tiempo cargando con él en el brazo, así que no merece la pena levarlo. Ir de compras con vehículo propio tiene también otra ventaja: poder ir dejando las bolsas cada cierto tiempo para evitar cargar continuamente con ellas.
El bolso perfecto
En momentos tales como las rebajas puedes encontrarte con mucha gente, por lo que se buscar moverse con la mayor libertad posible entre las aglomeraciones. Y ahí entra otra pieza clave de cualquier look: el bolso.
Lo más cómodo es llevar uno de tamaño pequeño, en que entre básicamente lo estrictamente necesario: la cartera, el móvil, los kleenex y quizás un neceser para retocar el maquillaje de ser necesario -que igual ni eso-. Si es de bandolera mucho mejor, porque así se tendrán las manos libres para coger prenda de ropa, para llevar las bolsas...
¿Maquillaje?
A todo el mundo le gusta lucir un buen aspecto en cualquier momentos y más aún cuando se va a encontrar a mucha gente que da igual que sea desconocida. Por este mismo motivo el maquillaje es casi ineludible -aún que viva el 'no make up', todo hay que decirlo- pero en el momento de probarse mucha ropa hay que tener cierto cuidado por la cantidad de prendas que entran en contacto con el rostro y que pueden mancharse de maquillaje al tiempo que estropearlo. Es mejor optar por un make up sencillo y waterproof, para que permanezca inalterable. Hay que tener en cuenta que en momentos como las rebajas se puede llegar a sudar por la aglomeración de gente y la calefacción de las tiendas.
El peinado
Lo mismo ocurre con el peinado. Hay que pensar que para ponerse y quitarse muchas prendas hay que introducirlas y sacarlas por la cabeza, por lo que es imposible que una no se despeine. Lo mejor es optar por el pelo suelto o por un recogido que se pueda improvisar cada vez que se entra en probadores.