Las tiendas Dolce & Gabbana de las calles milanesas Venezia y della Spiga junto con un restaurante y un kiosko de prensa, también de su propiedad, cerraron la pasada semana durante tres días con un cartel en el que se podía leer: "Cerrado por indignación". Esta ha sido la respuesta tomada por los modistos italianos, quienes, en plenos trámites legales, se han sentido ofendidos por el Ayuntamiento de la ciudad.
Una afirmación que desató la indignación de ambos diseñadores, especialmente de Stefano Gabbana, quien no tardó en publicar en su cuenta de Twitter lo siguiente: "Ayuntamiento de Milán, me das asco". Un mensaje al que respondió el Alcalde de la ciudad, calificando de "desproporcionadas" las reacciones de los modistos aunque reconociendo que la afirmación del concejal también había sido "inoportuna".
Dolce&Gabbana, a la espera de recurrir a su condena
Actualmente los diseñadores italianos se encuentran a la espera de apelar a la sentencia dictada por el Tribunal de Milán, que les condena a un año y ocho meses de prisión por delito de evasión de impuestos. Una sentencia que viene a propósito de una supuesta evasión fiscal de cerca de 1.000 millones de euros a través de la creación de una sociedad de la firma con sede en Luxemburgo, lo que les evitaba pagar los elevados impuestos de sociedad de su país de origen.