El pasado domingo 4 noviembre la ciudad española de Bilbao se convirtió en verdadero bullicio de celebrities tanto nacionales como internaciones. Dua Lipa, Rosalia, Brisa Fenoy, la modelo Jourdan Dunn, Camila Cabello, Jasosn Derulo... hasta la emblemática Janet Jackson. Todas ellas y unas cuantas más habían aterrizado en el norte peninsular para formar parte de la Gala de los Premios que la cadena MTV celebraba en Europa para galardonar a los diferentes artistas del continente: los EMAs 2018. Pero entre tanta estrella hubo una que destacó por goleada: Hailee Steinfeld.
La cantante y actriz era la encargada de presentar la gala en una noche repleta de artistas galardonados y actuaciones icónicas (como la de Rosalía que con unos estilismos al más puro estilo entre urban y futurista demostró que su 'Malamente' es el flamenco -literalmente- del futuro) y para demostrar que era la verdadera estrella de la gala se arriesgó a cambiarse de ropa hasta en 8 ocasiones. Sobre la alfombra roja apareció con un mini vestido plateado de Armani con escote en corazón y cubierto de lentejuelas que daban un efecto escamado. Sin engalanarse con nada más, el vestido lo hacía todo en el look y consiguió no caer en el mismo error que otras de las invitadas abusando en los detalles.Saint Laurent la más repetida
Una vez dio comienzo la gala, Steinfeld apareció sobre el escenario para ejercer con su papel ataviada con otro de los looks de la noche, otro mini vestido plateado de pedrería con un solo tirante a modo volante con un interior negro de terciopelo. El look lo completaban una sandalias de tiras que terminaban rodeando el tobillo. Por supuesto también con pedrería. Este primer look de gala lo firmaba la marca Ralph and Russo. Su siguiente aparición ante la audiencia fue con un vestido similar al anterior pero esta vez en terciopelo negro y de la colección primavera/verano 2019 de Saint Laurent (una de las marcas más vestidas durante el evento). El Little Black Dress de un hombro descubierto pertenece a a la colección que explotaba los volúmenes.
Y como la gala era sobre música, la también cantante quiso deleitar a los miles de asistentes en Bilbao con una actuación musical propia. Para ella tomo un estilo mucho más rockero. Bajo un abrigo corte y de pelo amarillo fluorescente (un básico esta temporada) se escondía un dos piezas con transparencias y capucha firmado por la marca francesa, Balmain. Con una sola manga, la parte de arriba no dejaba de brillar con sus movimientos por su tele con pedrería. Los pantalones, una de las señas identificativas de la marca, con un pantalón ancho.Y aún que a lo pocos minutos protagonizó otro cambio de look, no lo hizo de marca. De nuevo apostó por Balmain aún que esta vez con un suéter de listas al estilo marinero con una falta totalmente futurista de forma geométricas superpuesta sobre una falda de lápiz negra. Un look que irradiaba la nueva forma de trabajar de Oliver Rousteing con nuevos tejidos y nuevas formas. Y por fin, entre tanto cambio de look, apareció el color. Y no podía ser otro que el color del año, el violeta electrónico. Ese era el color que tenía un mono palabra de honor con un escote con volumen que se unificaba en una única pieza con las sandalias del mismo color y que se cerraban con una anilla con pedrería.
Emulando a Alexander McQueen en 1999
Sin duda el octavo fue uno de lo más especiales. Un vestido blanco de novia futurista que tranquilamente podría estar firmado por Virgil Obloh, diseñador de Off-White. Cuello alto, marga tres cuartos, guantes largos y cola larga, solo quedaba al descubierto su rostro, cuello y parte de sus caderas gracias a unos detalles cut-out. Pero el haber escogido un estilismo tan sencillo tenia un explicación que la propia artista dio sobre el escenario: se iba a convertir en una obra de arte. Unos brazos ruborizados empezaron a disparar spray de colores transformando el vestido que era blanco en un vestido estampado. Imposible no rememorar el desfile primavera/verano 1999 de Alexander McQueen en el una de sus modelos fue tintada ante la antena mirada de la audiencia.
Y ya para terminar con el desfile particular de la presentadora, escogió un mini vestido rosa bebé completamente lleno de plumas. Casualmente, este mismo vestido lo había lucido anteriormente uno de las celebs más referentes en estilo: Kendall Jenner, aún que en el caso de la Kardashian, esta apostó más por la asimetría y un peinado más pomposo a juego con el vestido. No obstante, fue la pieza perfecta para cerrar la noche.