Está claro que para Kim Kardashian lo más importante no es la comodidad. Hemos alucinado con los looks extremadamente ceñidos y cuanto menos desacertados que la celebrity se ha ido enfundando a lo largo de su segundo embarazo. Parece que la actriz y modelo no aprendió la lección tras ser madre primeriza, y ha continuado con su línea de outfits extremadamente ajustados que parecía que no la dejaban respirar.
No podíamos creer lo que veían nuestros ojos el día que hizo su aparición estelar con un vestido gris excesivamente estrecho, que no ocultaba sus voluminosas curvas y con el que apenas podía caminar.
Lo acompañó con una gabardina larga caqui que podría haber mejorado el desastre enormemente si no fuera porque la llevaba abierta de par en par, como si fuera una simple decoración. Parece que a la segunda de las hermanas Kardashian se le da muy bien eso de conjuntar colores, pero la elección de prendas favorecedoras no es su máxima cualidad.
Tampoco fue acertada la elección de un vestido del diseñador francés Balmain, más formal, de color marrón y con un provocativo escote algo disimulado por unas tiras cruzadas en x. El vestido era demasiado atrevido y hacía que todas las miradas se posaran en ella, pero no precisamente por su acertado estilismo.
Y si no fuera poco, este vestido fue el escogido para los MTV Video Music Awards, una cita importante donde acertar con el estilismo era vital, pero Kardashian no consiguió librarse de las críticas. Y es que el cierre a modo de corpiño de la parte superior del vestido no había por donde cogerlo.
Inoportuno fue también el vestido de punto de la gama mostaza que eligió para dar una vuelta por las calles de Nueva York. El color era bonito sí, pero la forma una vez más exageradamente ajustada a su cuerpo ya bastante avanzado en el periodo de gestación, y el corte por debajo de las rodillas acortaba su estatura y la hacía parecer más corpulenta.
Sin respiración
Está muy bien eso de no darle importancia a los cánones de belleza que impone la sociedad y está claro que siempre es bonito lucir curvas. Pero lo que también está claro es que hay prendas que favorecen más que otras, y este vestido de cuello cisne marcaba sin discreción su abultado cuerpo. En un intento de estilizar su figura, la modelo acompañó su estrecho vestido con unas botas con cuñas abiertas: otro error.
No entendimos que se le estaba pasando por la mente a la actriz cuando la vimos con un asimétrico vestido beige con volantes en otro de sus paseos por la cosmopolita ciudad de Nueva York.
Después supimos el porqué de esta desacertada elección: Se trataba de uno de su modelo favorito de la colaboración que su esposo Kanye West había realizado para Givenchy. Sin embargo, por mucho que la modelo quisiera promocionar el talento como diseñador de su marido, los volantes añadían todavía más voluminosidad a su figura, y las altísimas botas por encima de la rodilla se añadieron a la larga lista de desaciertos.
Uno de sus peores looks fue la combinación de una falda de lápiz negra con una blusa completamente transparente que le daba un aire completamente indiscreto. Outfit totalmente inadecuado para una mujer que en ese momento iba a dar a luz en pocos meses en uno de sus paseos por la Gran Manzana. Se enfundó también seguramente debido al viento otoñal una chaqueta de terciopelo que cubría un poco todo lo revelador de las transparencias. Aun así, una equivocación.
Desacertada elección fue también aquella en la que se cubrió con un vestido negro de su diseñador preferido Givenchy, demasiado atrevido. La estrella atendió con su marido al desfile del modisto en la en la Semana de la Moda de Nueva York. ¿Lo extraño? Que esta vez sí que acertó con la talla pero las transparencias en la zona de su tripa embarazada no la sentaban bien en absoluto.
Por último, comentar el vestido bicolor gris y blanco que utilizó en el viaje a Beverly Hills que realizó en agosto. La amplia gabardina con la que lo combinó hacía que el look no fuera totalmente desastroso, pero una vez más creemos que la modelo habría necesitado unas tallas más para estar perfecta.