El invierno es, probablemente, la época del año en que más posibilidades se nos ofrecen a la hora de crear un look. Puede llover, hacer frío e incluso encontrarnos con nieve al salir a la calle. Para cada situación las prendas a elegir serán diferentes y podremos hacerlo siguiendo la tendencias de la temporada. De las opciones expuestas anteriormente la que más dificultades puede presentar es la de la nieve, pero hay que reconocer que es la más divertida y no implica renunciar al estilo.
En un día de nieve va a hacer mucho frío, por lo que vamos a tener que abrigarnos mucho, para lo que normalmente acudimos a una superposición de capas. Sí, en la calle va a hacer frío, pero al llegar a casa, al trabajo o cualquier otro sitio que sea nuestro destino a buen seguro que los grados han subido bastante y no vamos a poder estar con el abrigo puesto.
En los días de nieve nuestro look ha de ser capaz de combinar ropa de abrigo con ropa cómoda, que no pueda poner nuestra propia integridad en riesgo. Es decir: no se nos puede ocurrir salir a la calle con unos tacones de 14 centímetros cuando tenemos una capa de nieve de un par de centímetros. Al intentar poner el pie en el gélido hielo resbalaremos y nos caeremos.
¿Qué me pongo un día de nieve?
El calzado
Vamos a empezar por los pies, por el calzado que resulta más adecuado para un día de nieve. Ha de ser de un material impermeable para evitar que la humedad lo traspase y acabe calando. Lo más recomendable es que tenga cierta altura, para evitar que pueda entrar nieve, que al menos cubra el tobillo. Cuando más cubiertos estén los pies menos posibilidades hay de que el frío llegue hasta ellos. Y si se trata de un calzado forrado por dentro con lana, borrego o pelo sintético, aún mejor.
Existen botas profesionales para quienes están acostumbrados a adentrarse en la montaña, pero si no dispones de unas, las botas de agua pueden cumplir con el objetivo. Eso sí, hay que recordar ponerse unos calcetines gruesos debajo, porque al estar hechas en plástico son muy frías y en un par de minutos notaremos como nuestros pies han alcanzado una baja temperatura.
Y si las botas de agua no se adaptan a tu estilo lo mejor es optar por un calzado lo más impermeable posible y cuya suela sea rugosa, que tenga relieve, porque eso evitará que patines a cada paso que des. Aunque por esta razón los playeros puedan parecer una buena opción, no lo son porque acaban por calar y no sólo tendremos frío sino que además la nieve acabará por estropear este calzado.
NOTA IMPORTANTE : Si debemos cumplir con unas normas de vestimenta en clase o en el trabajo lo mejor es llevar el calzado adecuado para la calle y en el bolso el que nos vayamos a poner a nuestro destino. Así no habrá conflicto alguno.
¿Falda o pantalón?
Precisamente por el frío que acompaña a la nieve si tenéis que decidir entre poneros falda o pantalón yo optaría por esto último. Las faldas van a ir acompañadas de medias o leggins, que suelen abrigar menos que un pantalón. Aunque bueno, también se puede optar por unas medias térmicas debajo de la falda o el vestido para no pasar frío y mantener el estilo.
En el caso de pantalones hay algunas telas que, a pesar de ser calientes, no son nada recomendables. Es el caso del algodón, los vaqueros o la pana. Se trata de tejidos que aunque son cálidos (no es el caso del vaquero) si se mojan -algo que puede pasar habiendo nieve cerca- resultan muy pesados, lo que no es nada recomendable.
Aún así, también se puede aplicar la máxima de ir vestida a capas en las piernas y llevar medias o leggins de algodón debajo de otros pantalones. Esto es extensible a la ropa interior. Si está confeccionada en algodón mantendrá la temperatura corporal mejor que otros tejidos como la lycra o la seda.
Tampoco hay que olvidar la existencia de ropa térmica, especialmente pantalones y camisetas. Para hacer frente a las bajas temperaturas son de lo mejor que podemos tener en nuestro armario con vistas a un frío invierno. Y aunque no sean prendas de tendencia no pasa nada, porque suelen ir ocultas bajo otras piezas de ropa, por lo que no alterarán en absoluto nuestro look.
El abrigo
Una de las partes fundamentales de cualquier look de invierno que se precie es el abrigo que vayamos a ponernos. Lo cierto es que la nieve nos limita bastante las posibilidades. Hay que buscar uno que nos proteja bien del frío y que no se moje con facilidad, al igual que nos ocurría con el calzado.
De este modo los abrigos, chaquetas o americanas de algodón, lana o telas similares están totalmente descartados. Por suerte las parkas no suelen pasar de moda, lo que hace que sea casi inevitable no encontrar alguna en nuestro armario. Son el mejor aliado para un día de nieve, porque nos abrigarán y aislarán de la humedad. Y todo ello estando a la moda.
Al igual que ocurría con el calzado hay determinados abrigos pensados para practicar actividades en la montaña y que normalmente se pueden encontrar en tiendas especializadas. Si tenéis uno de estos tranquilamente lo podéis aprovechar para los días de nieve. Se trata de prendas de estilo deportivo y confeccionados en telas como el goretex. No son tan amplios como una parka y sí mantienen la temperatura del cuerpo y resultan impermeables frente a la humedad.
Debajo del abrigo no hay nada mejor que abrigarse con un jersey de lana, otra tendencia de los últimos inviernos, o con cómodas chaquetas bajo las que pueden ir camisetas o camisas de uno u otro estilo, en función de lo que mejor se ajuste al gusto de cada una. De este modo aunque nos abriguemos para la nieve, debajo podemos llevar la misma ropa que solemos usar para ir a trabajar, para ir a clase o para quedar con los amigos.
Los complementos
¿Qué sería de un look sin los complementos adecuados? En un outfit de nieve tiene cabida casi todo lo que nos podamos imaginar, porque lo que prima es ir protegido del frío. Por eso las bufandas y los guantes (o manoplas) se vuelven imprescindibles. Ya luego, en función de cada persona se pueden ampliar los accesorios que se vayan a incluir en el outfit.
Hace un tiempo era menos habitual incluir gorros o sombreros en los looks diarios, pero lo cierto es que en un día de nieve se agradece llevar abrigada la cabeza y tenemos la suerte de que el uso de estas prendas se ha generalizado y ya no nos produce vergüenza ninguna ponérnoslas. Un gorro de lana cumplirá esa función al tiempo que evitará que, a causa de la humedad, se estropee nuestro peinado. Para las más atrevidas que no quieran pasar frío nada como unas orejeras.
También podemos optar por un gorro de lluvia. Los hay que en su parte interior van forrados con tejidos suaves que hacen que no sean tan frío. Puede tratarse de una alternativa a tener en cuenta, sobre todo si no queremos llevar el paraguas a cuestas. Y es que el paraguas puede volverse imprescindible si de repente se pone a nevar o los copos de nieve se convierten en lluvia.