Estilo holandés
La Reina Máxima de Holanda se presentó ante los medios con la piezas clave de la maison italiana en un concierto de orquesta. Un atuendo que sorprendió por su silueta: elegante y provocador -dentro de lo que cabe- a la vez. El mono lo acompañó con un bolso de mano pequeño del mismo tono y con brillantes incrustados en el detalle dorado del cierre. Las joyas que acompañó al estilo eran sutiles y sencillas, con pendientes largos brillantes y un reloj de cuero con correa fina. El pañuelo anudado del cuello fue la gran apuesta diferenciadora del look, además de los 'peep-toes' en rojo.
Monarquía elegante
Acompañada del brazo de su marido, la Princesa Charlene de Mónaco se lució el Valentino rodeada de mucho glamour en el baile de la Rosa, concierto benéfico anual organizado por Cruz Roja. La exatleta añadió un toque dorado con un cluth y unas sandalias del mismo tono, así como el brillo aportado por un anillo y unos pendientes de piedras engarzadas. Además, el recogido y el lazo de la manga dejaban parte del pecho y un brazo al descubierto. Una apuesta más desenfadada que la anterior y con mucha sofisticación de por medio. El maquillaje y el rostro dulce aportan también un estilo más juvenil.
Duelo de poder
No resulta fácil determinar cuál de las dos figuras es la ganadora y merecedora del Valentino, ya que ambas siguen un estilo sofisticado, elegante y reservado a la vez. Los únicos puntos en los que difieren entre ellas es el detalle del lazo de Charlene de Mónaco y el efecto pañuelo 'bohème' de Máxima de Mónaco. Pero por darle un toque diferenciador en bolso y calzado, la princesa de Mónaco se alza con la corona imperial del estilo.