La minifalda fue toda una revolución en la moda de los años 70, cuando las mujeres se atrevieron a enseñar sus piernas. Supuso a la vez una liberación y un logro para la mujer, más allá de una simple prenda. Dos décadas después su uso se generalizó y, aunque en ocasiones no está tan de moda, cada cierto tiempo acaba volviendo a imponerse en nuestros armarios.
El verano es la época por excelencia de la minifalda. El buen tiempo, el calor, la piel bronceada... son los aliados perfectos para esta prenda que ofrece numerosas posibilidades. Existe una amplia variedad de estilos, tejidos, patrones, incluso largos, que se pueden aplicar a esta prenda, por lo que es difícil no encontrar la minifalda perfecta para cada una de nosotras.
Hay algo que caracteriza a toda minifalda y ese concepto queda claro en su nombre: se trata de una falda más pequeña de lo que se veía como habitual. Esto significa que llega varios centímetros por encima de la rodilla. Esa es la idea general, pero en función de gustos y estilos, ese largo puede ser más o menos corto.
Diferentes largos de minifaldas
Las mujeres de ahora no visten igual que lo hacían las de hace 20 o 30 años y hay que tener en cuenta que la mayoría, para el día a día, optamos por pantalones y ropa cómoda. Así que empezar a usar minifalda puede llegar a suponer un reto porque puede limitar nuestros movimientos y, también, por pensar en cómo combinarla.
Acostumbrarse a usar minifalda sin que coarte nuestros movimientos ni nos sintamos incómodas es algo tan simple como aprender a caminar sobre tacones: se consigue con práctica. Así que nada mejor que incorporar una a tu armario e ir probando diferentes looks en distintos momentos para ver cómo puedes jugar con ella.
El hecho de que no te sientas cómoda con una falda excesivamente corta no es motivo para renunciar a la minifalda, basta con elegir una con algún centímetro más de tela. La idea que solemos tener de minifalda es una falda corta y de tubo, lo que no a todo el mundo le gusta porque puede ser un reto a la hora de llevarla, pero en realidad existen minifaldas con vuelo, que pueden resultar más cómodas.
Cómo combinar la falda
El gran reto de usar minifalda se encuentra en con qué prendas combinarla. Evidentemente depende del tipo de minifalda, porque no es lo mismo una de tubo y lentejuelas que una dénim. ¿O sí? En realidad la minifalda es una prenda mucho más versátil de lo que podemos pensar en un primer momento y da lugar a combinaciones que nos sorprenden.
Pongamos como ejemplo la falda de tubo y acabado brillante al que nos referíamos anteriormente. Tenderás a pensar que se trata de una prenda de fiesta, para salir de copas con los amigos, y que debe acompañarse de un top y unos buenos tacones.
Puedes hacerlo, si vas a usarla para salir de noche, pero, ¿si las quieres usar un día normal? En ese caso has de buscar prendas que le quiten seriedad. Puedes conseguirlo con una camiseta estilo deportiva, con mensajes graciosos o incluso estampados infantiles. También se consigue un efecto similar si le añades un jersey oversize o una sudadera. La combinación puede chocarte de primeras pero si pruebas y te miras en el espejo descubrirás que casa a la perfección, y es una forma de introducir esa minifalda en tus looks diarios, porque de otra forma quedaría relegada a los fines de semana.
Una minifalda dénim suele combinarse con ropa más deportiva, como las camisetas, jerseys o sudaderas a las que aludimos antes. Y en caso de una minifalda recta, con o sin estampados, puede ser utilizada en un look de oficina acompañada de una camisa o top.
En los últimos años ha aparecido en las tiendas un nuevo tipo de minifalda, la conocida como skater. Es una falda corta pero con vuelo y, normalmente, tiene un diseño más desenfadado. Esto la hace perfecta para el día a día y al no ser tan estrecha resulta muy cómoda de usar. En un principio era usada por adolescentes, pero se ha ido generalizando su uso entre las mujeres con indiferencia de su edad.
Cuando pensamos en ponernos falda rápidamente identificamos el look con unas medias -en caso de ser invierno. Y hay que reconocerlo: no son nuestra prenda favorita. Unas medias tupidas combinan a la perfección con una minifalda, pero no son la única alternativa, existe otra más cómoda: los leggins.
Las mallas han pasado de ser una prenda pensada para hacer deporte a nuestra salvación: pueden usarse a modo de medias debajo de una minifalda, nos resultan más cómodas y no nos sentiremos tan agobiadas por la limitación de movimientos. Y además sirven tanto para los meses de frío como los de calor.
Con qué calzado usarla
Desde que se empezara a usar la minifalda hasta ahora las cosas en el mundo de la moda han cambiado mucho. Y para bien. Por lo general se veía a este tipo de falda como una prenda seductora, acompañada normalmente de tacones y propia de un look sobrio. Ahora no es así, ni mucho menos.
Puedes combinar una minifalda con deportivas o con manoletinas, calzado que ayudará a conseguir una imagen más desenfadada. Y que seguro que hace que te animas a probar más con este tipo de combinaciones.
La minifalda ha avanzado mucho en los últimos años y cada vez resulta más versátil, por lo que no debería darte miedo introducirla en tus looks. Juega con las prendas que tengas en el armario y descubrirás que usarla es mucho más fácil de lo que pensabas.