Es conocido por todas que el día en que una mujer se casa se convierte en uno de los más importantes de su vida, y como tal, hay que ir bien preparada en todo momento. Para ello una de las piezas más importantes que hay que tener en cuenta es el vestido de novia, una de las prendas más difíciles de elegir en la vida de una mujer. Pero hay que tener en cuenta que como en todo outfit también hay que tener muy presentes los complementos y uno de ellos es el velo.
El velo de novia es como hemos mencionado un complemento más en ese día tan especial y como accesorio que acompaña al vestido es meramente opcional. No todas las novias tienen o quieren llevar velo ni su uso es obligatorio, si bien es cierto que algunas ceremonias es mucho mejor llevarlo y que a las más románticas les encanta ese momento de película en el que el novio le retira el velo de la cara para darle ese primer beso como 'marido y mujer'.
Tipos de velo
Para empezar hay que tener en cuenta que el velo es siempre algo que debemos añadir a nuestro vestido y que por tanto este es la pieza principal. El velo de novia es algo que tenemos que buscar siempre y cuando tengamos claro al menos el tipo de vestido que vamos a llevar ese día, si es que no lo tenemos comprado ya.
Los tipos de velo se diferencia sobre todo según su longitud y anchura, que siempre combinará con el tipo de vestido de novia que hayamos elegido para nuestro gran día, y con nuestro cuerpo, estructura y peinado.
Velo corto. Es el más informal de todos ya que solo se limite a cubrir el rostro de la novia y suele llegar solo hasta los hombros cuando son más largos, otros simplemente se quedan en la zona de la barbilla. Este tipo de velo queda muy bien con aquellos vestidos de novia cortos o para bodas de día.
Velo hasta el codo. Es un poco más largo y caen un poco por la espalda. No soy muy comunes pero suelen ir bien con vestidos de corte más romántico o con cintura más marcada, ya que termina cuando empieza la falda.
Velo mantilla. Simula a las mantillas antiguas y es casi de la misma longitud que los velos de codo. Suelen ser de aire muy sofisticado.
Velo hasta la punta de los dedos. Uno de los más populares porque pese a ser largo no resulta incómodo si la novia quiere llevarlo puesto durante todo el día. Además suelen quedar bien a la mayoría de vestidos.
Velo en cascada. Es muy usado sobre todo con los trajes que llevan los hombros al aire ya que comienzan en lo más alto de la cabeza y luego caen como una 'cascada' hasta la cadera.
Velo capilla. Es utilizado en bodas mucho más religiosas y serias. Llegan hasta el suelo pero nunca superan el largo de la cola del vestido de novia.
Velo catedral. El más largo de todos. Suele medir en torno a los 2 metros y medio y es el que se utiliza en las grandes ceremonias. Este tipo de velo si puede sobresalir un poco por la cola del vestido pero siempre se necesitarán a personas que ayuden a la novia a llevarlo porque es mucho más difícil de manejar.
Además de estos tipos de velos hay que tener en cuenta la diversidad de telas y diseños que pueden mostrar, que ya dependerá del gusto de cada una y de lo que queramos jugar con el vestido de novia. Así, lo ideal es que con vestido de cortes y tela mucho más sencillo utilicemos unos velos que puedan ser más elaborados y jueguen con el encaje y los brillos. De igual forma si nuestro traje es muy llamativo, lo más idóneo es que el protagonismo de lo lleve este y no el velo, por lo que le dejaremos un lugar más secundario y le pondremos un estilo mucho más simple.
También podemos tener un vestido simple pero con pequeños detalles en pedrería y podemos utilizarlos de igual manera, por ejemplo, en el borde de nuestro velo, sobre todo si llevamos uno que vaya a los codos o a la punta de los dedos. Algo a destacar también es el color, y es que por norma general se debe combinar el color del vestido y el del velo, ya que aunque no lo creamos hay muchísimos tipos de blancos, beige, rosas diferentes. Lo que se recomienda en estos casos es pedir un trozo de tela del vestido a la hora de buscar nuestro velo para luego lo llevarnos sorpresas al combinarlo. Esto como siempre quedará al gusto de la novia, que es la que decide cómo quiere ir en ese día donde es la protagonista.
Cómo elegir el velo
El velo de novia se puede elegir por muchos factores. Uno de ellos es el vestido de novia ya que con todos no quedan bien los mismos tipos de velos, pero es la opción más abierta, ya que te tiene que gustar a ti.
Donde se encuentran las mayores variaciones es el peinado que vayamos a elegir, así como en la forma de nuestra cara y nuestro cuerpo.
Si vas a llevar un recogido, este peinado es el ideal para velos largos o con más de una capa. Sin embargo si el recogido que lleves lo quieres colocar en la parte más alta de la cabeza, se consideran aquellos velos que caen desde abajo, como si fuera un broche o pasador. Si nos decantamos por un semirecogido, nos vienen bien los velos medios de longitud y pueden cubrir nuestro rostro.
Si hemos decidido llevar el pelo suelto, podemos llevar cualquiera velo pero el ideal es el corto, ya que deja ver mejor el peinado que hemos elegido. Todo dependerá también de lo elaborado que sea el peinado y lo que quieras mostrar, ya que en recogidos muy elaborados siempre es mejor que el velo salga por debajo y poder lucirlo.
En cuanto a caras, aquellas que tienen la cara ovalada pueden llevar cualquier tipo de velo, pero las que tienen la cara más redonda deben decantarse por velos más largo, al contrario que las personas con la cara más rectangular. La decisión de llevar o no velo es cuestión de gustos y de cada una, aunque sí es verdad que en las ceremonias religiosas más amplias y con más invitados, lo mejor es llevar un velo capilla o catedral. El resto es libre elección.