La web de H&M se colapsa tras sacar a la venta la colección con Moschino

Fue en 2004 cuando se lazó la primera colección cápsula entre una marca de lujo -en aquel caso diseños de Karl Lagerfeld, director creativo de Chanel y Fendi- con una marca de ropa low cost. La estrategia denominada ' win win ' -ambas partes salen ganando- es la oportunidad perfecta para los usuarios con menos poder adquisitivo de conseguir prendas de ropa firmadas por grandes diseñadores a precios mucho más asequibles -aún que siempre por encima del precio normal de la firma low cost-.

Desde entonces otras muchas marcas apostaron por lo mismo: Stella McCartney, Lanvin, Versace, Balmain, Kenzo y Roberto Cavalli también se lanzaron a esta forma de comercio. Y el último en sumarse esta forma de vender fue Jeremy Scott a través de la marca Moschino. Hacía semanas que se venía anunciando el lanzamiento de esta colección cápsula con prendas que irradiaba a la marca italiana (y no solo por llevar el nombre de forma visible). Y se hizo una realidad el 8 de noviembre, día que salió a la venta.

Y como ocurrió con las otras marcas, fue todo un éxito de venta incluso antes de poder hacerse con ellas. Además de las largas colas que se produjeron a las puertas de las tiendas físicas, internet fue un hervidero de compradores deseando hacerse con algo de la colección. Si estaba previsto que se abriese la venta a primera hora de la mañana (a las 8:00 a.m.) si se intentaba acceder a la web de H&M aparecía un mensaje que advertía que estaban trabajando aún la puesta en marcha pidiendo paciencia a los usuarios por el inesperado retraso.

El problema de la reventa

En cuestión de horas el site estaba funcionando bajo lo previsto pero lo que no estaba tan preparado era el stock. Muchos fueron los que se quedaron sin poder hacerse con alguna prenda de estampados estrambóticos ya que las existencias eran limitadas. Camisetas, sudaderas, chaquetas vaqueras, collares, cinturones... incluso la ropa y complementos para perros lucen ya el cartel de 'AGOTADO' en la página web.

Pero Moschino no pudo esquivar las malas prácticas comerciales. Como ya había ocurrido con las anteriores colaboraciones, muchos de los compradores que consiguieron hacerse con alguna prenda no lo hicieron con la finalidad de tener entre sus pertenencias tan cotizada prenda, si no para beneficiarse de ella. Webs de segunda mano y reventa también se convirtieron en un segundo lugar online donde conseguir las creaciones de Jeremy Scott, en muchos casos a precios todavía superiores al original con el conocimiento de que ya no hay otra forma de hacerse con ellas.