Hasta aquel momento, los bolsos acaparaban una de las manos de la mujer. Al ser tipo cartera o de asa corta, tenían que sujetarse siempre, y si se necesitaba esa mano, había que dejarlos en algún sitio, corriendo el riesgo de perderlos. Así, Mademoiselle Chanel, cansada de esto y tan práctica como siempre, decidió añadir una correa y llevarlos en bandolera ya en los años treinta, aunque sería en los cincuenta cuando lo presentó en sociedad. Su nombre, 2.55 deriva de su fecha de lanzamiento, el 5 de febrero de 1955. Coco siempre estrenaba sus colecciones en día 5, su número fetiche desde que lanzara el mítico perfume Chanel nº 5. Algo tan insignificante como esa cadena, le daba libertad a una mujer, que comenzaba a incorporarse a la vida laboral, reivindicando su papel en la sociedad como algo más que un bonito adorno.
¿Cómo es el 2.55?
Las señas de identidad de este bolso son, la cadena, el acolchado y el cierre con el logo de Chanel. La cadena se combina con cuero, creando una mezcla atemporal. La idea proviene, como es habitual en la diseñadora, del mundo masculino, concretamente de la manera en que los soldados llevaban colgado el mosquetón. El acolchado o matelassé, se inspira en los chalecos de los jockeys, y le da su característico aspecto, sofisticado y suave. El cierre con la doble C de la casa fue añadido en los ochenta por Karl Lagerfeld, quien ha reinventado el bolso hasta la saciedad. Variaciones de materiales y colores lo mantienen en contacto con el mundo actual.
En cada bolso se invierten casi 20 horas de trabajo, a cargo de 15 personas, que pasan por un proceso de 180 etapas de creación. Su color por excelencia es el negro, aunque el mostaza o el rojo también se han convertido en clásicos.
Ya sabemos que en el mercado se pueden encontrar innumerables clones y versiones del 2.55, pero como el original, obviamente, ninguno. El precio oscila, desde 1.300 euros hasta los 1.700, para el modelo clásico, dependiendo del tamaño. Las nuevas versiones pueden alcanzar los 2.500 euros.
¿Quiénes tienen un 2.55?
Sería más sencillo preguntarnos quiénes no lo tienen. A pesar de su aspecto clásico, el 2.55 es el favorito de muchas celebrities jóvenes. Por ejemplo, Mary Kate Olsen afirma que aunque le gusta probar otros modelos, siempre acaba volviendo al 2.55 en rojo, su predilecto. Jessica Alba o Kirsten Dunst también son adictas a él, llegando incluso esta última a combinarlo con unas Converse (esto nos da idea de la versatilidad del bolso).
La lista es infinita: Sienna Miller, Mischa Burton, Lilly Allen, Rachel Bilson, Alexa Chung, Diane Kruger, Freida Pinto, Victoria Beckham, Claudia Schiffer... Son mujeres muy diferentes, pero este icono es capaz de adaptarse a todas ellas.