El verano está a la vuelta de la esquina y seguro que ya has empezado a echar el ojo a los escaparates de las tiendas, que nos ofrecen ropa fresquita y zapatos que nos ayuden a combatir las altas temperaturas que nos esperan en los próximos meses. Las sandalias son un básico que no puede faltar en ningún zapatero que se precie.
Y precisamente por ello a veces es muy difícil saber cuáles elegir, con cuáles quedarnos. No es raro que tengas varios pares de sandalias en casa y que, sin embargo, en determinado momento, puedas notar que te vendrían bien otras distintas a las que ya posees.
Por lo general no podemos tener tantos pares de zapatos como desearíamos, por cuestiones económicas y de espacio principalmente, por lo que es importante tener claro cuáles son imprescindibles. En el caso de las sandalias, dado que las hay tan diferentes, lo ideal no sería tener un sólo modelo, sino tres, diferentes y que puedes usar en momentos diversos. ¿Quieres saber cuáles son?
Sandalias de tacón
Son un clásico y un básico que pueden sacarte de más de un apuro. Unas sandalias de tacón sirven para salir a tomar una caña a última hora de la tarde, para irse de copas y a bailar con los amigos o para asistir a un compromiso social. Son tantas sus aplicaciones que se convierten en un imprescindible y no puede haber un zapatero en que no estén presentes.
De tacón ancho, estrecho, con tiras o con una mayor sujeción... Son muchas las posibilidades que ofrece una sandalia de tacón, pero lo que está claro es que necesitas unas en tu armario. Y son de esos zapatos en que merece la pena hacer una inversión porque vas a sacarles rentabilidad y, además, pueden salvarte de más de un apuro.
A la hora de decidir qué modelo quieres es cuestión de gustos. Tú sabes mejor que nadie las que te atraen más, las que te van a resultar más cómodas y aquellas a las que vas a sacarle más rendimiento. Pero, dicho esto, si lo que quieres son unas sandalias de tacón que puedas usar siempre opta por lo neutro.
¿Qué significa esto? Que si sólo vas a comprarte unas y esperas te duren varios años opta por aquellas que puedan combinarse con casi todo. Por ello es recomendable huir de estampados y optar por colores neutros como pueden ser el negro, el beige o incluso el rojo.
Pueden tener algún tipo de adorno pero procura que éste no choque con la ropa que puedas querer ponerte para acompañar a las sandalias, porque entonces de poco te serviría. Ten cuidado con los detalles en colores poco frecuentes o que usen determinados tejidos.
Sandalias planas
Es imposible que no tengas unas sandalias planas en el armario. Diría más: es imposible que no tengas varios pares de sandalias planas en el zapatero. Son un auténtico imprescindible del verano y son el típico calzado que no te quitas en los días de calor.
¿Las razones? Son comodísimas y, además, existen con mil diseños diferentes, por lo que es fácil quedarse prendado de ellas. Se identifican con la comodidad, aunque es cierto que si son excesivamente planas y tienen una suela muy fina pueden hacer que se te recaliente la planta de los pies. Por eso lo mejor es buscar unas sandalias planas con una suela de mínimo un centímetro. Porque no vas a querer quitártelas en todo el verano. Ya si tienen suela de gel se convertirán en un imprescindible.
Son frescas y cómodas y encajan con casi cualquier look que se te pueda ocurrir para diario. Van bien con vaqueros, con vestidos, con shorts... Valen para ir a la playa, para trabajar, para ir a hacer recados... Son el calzado perfecto y es, nuevamente, una de esas cosas en que merece la pena invertir el dinero.
Si en el caso de las de tacón te recomendábamos buscar un color y diseño neutro, en el caso de las planas todo lo contrario: juega y diviértete eligiendo colores, buscando adornos especiales... Conforman un look más desenfadado, por lo que no ha lugar a las restricciones. Suelen ser muy económicas, así que es probable que puedas permitirte tener más de un par.
Las sandalias planas no pueden faltar en tu maleta cuando prepares las vacaciones de verano. Además de por todos los motivos anteriores, ten en cuenta que apenas ocupan espacio, por lo que no te pesarán como equipaje y son el calzado perfecto para recorrer ciudades -permiten a los pies respirar, al contrario que las deportivas- y para disfrutar del chiringuito de la playa. Son muy versátiles.
Sandalias con cuña
A medio camino entre las sandalias de tacón y las sandalias planas se encuentra el otro tipo de sandalia que no puede faltar en tu zapatero: las cuñas. De hecho, pueden llegar a ser un sustituto de los otros dos modelos, puesto que sirven para un look más sofisticado y para uno más relajado.
¿Su punto a favor? Que combinan los dos aspectos más destacables de los otros dos tipos de sandalias: la comodidad y el sumar varios centímetros a nuestra altura, lo que además nos da seguridad y estiliza las piernas.
Por eso son imprescindibles para muchas mujeres que en cuanto llega el calor se suben a las cuñas y no se bajan hasta que no queda más remedio por el descenso de temperaturas. Las sandalias con cuña resultan de lo más versátiles, porque lo mismo pueden ponerse con un vestido que con unos shorts.
Eso sí, no son un calzado que sirva para todo tipo de situaciones. Por ejemplo, no está bien visto ir con cuñas a una boda, pero sí puedes llevarlas para cuando te canses de los tacones cambiarte de zapatos y darlo todo en la pista de baile.
Este tipo de sandalias están hechas de diferentes materiales, por lo que hay muchas posibilidades entre las que elegir. Las hay elaboradas en cuero y otras en tela, incluso la cuña en sí puede ser de diferentes materiales tales como los vistos, incluso rafia o madera. Lo difícil no será encontrar unas que te gusten, sino decantarte por un único par.