La llegada del otoño no solo supone unas temperaturas muy variables, la caída de las hojas y el proceso de transición de unos colores vivos y alegres a otros más apagados, pero mucho más elegantes. También es el comienzo de una etapa en la que ir pensando cuáles serán tus próximas botas de agua, porque las katiuskas también son tendencia.
El material donde resbala el agua
Para empezar a describir lo útiles que nos pueden ser las botas de agua durante una época en la que el frío y las lluvias vienen y van de manera constante, debemos aprenden de qué están hechas las botas. Al tratarse de tejidos muy resistentes al agua, sus principales materiales serán el caucho y el charol.
Este segundo tiende a ser más atrevido, por lo que el estilo a conseguir debe ser relajado en el resto del conjunto, dejando que nuestras botas de agua sean las verdaderas protagonistas del look seleccionado. Aunque, realmente, si nos decantamos por un estilo más pulcro con un par de botas mate, donde el caucho sea lo único que se vea, lo mejor es seguir dejando que sea el calzado el que deslumbre.
Es importante que siempre se mantenga la atención en los pies, ya que los zapatos normales pueden pasar más desapercibidos. Aunque, para los días de lluvia y frío, lo mejor es combatir un estilismo habitual con uno que cause toda una verdadera tendencia, sin que por ello se nos cuele el agua a través de los tejidos que suelen tener las demás botas.
Los colores adecuados contra el frío
Una vez tengamos claro si nuestro estilo se asemeja más a una tendencia más relajada -caucho- o a una más atrevida -charol-, es el momento de seleccionar qué color nos representa. Hay que tener en cuenta que el verano ya se da por terminado cuando empiezan a caer las primeras gotas del otoño, a excepción de las regiones que tienden a sufrir las denominadas como tormentas de verano. A pesar de esta norma, que parece romperse con las nuevas propuestas de las casas de moda, atrévete a lucir la tonalidad que más vaya con tu personalidad.
El secreto puede estar en el resto del conjunto. Si seguimos la pauta establecida de adaptar las tonalidades más oscuras a nuestro look, como por ejemplo el negro, y añadirle un distintivo toque de color, en este caso en las botas de agua, la tendencia del otoño aparecerá por sí sola. Solo hay que atreverse a encontrar la tonalidad que mejor va para combatir el frío y la lluvia. Rojo intenso, verde botella, amarillo chillón y los negros acharolados son la mejor opción.
El tamaño sí importa
A continuación, podemos observar que las distintas longitudes de caña nos pueden hacer una mala pasada si no sabemos cuál es la más adecuado. Cuando en nuestro armario habitual solemos lucir un tipo de calzado más o menos alto, en el caso de las botas de agua es parecido, solo que es más exagerado por las formas características que tienen.
En este caso, podemos escoger unas bajas para aparentar un look más casual, parecido al que solemos llevar con unos leggins o vaqueros largos y un jersey para seguir combatiendo el frío, tanto por arriba como por abajo. Eso sí, ten en cuenta que en este ejemplo nos referimos a las que tienen un corte más elegante, no a las que cuentan con un estilo náutico. Entonces, podríamos exagerar su carácter marino con estampados que recuerden al mundo de la navegación.
En cambio, ya seas alta o baja, las de caña alta redondearán tus ansias de combatir la lluvia con una falda o vestido midi, unas medias negras y un abrigo largo. Esta es la tendencia por excelencia que nunca falla y que, por más que se repita, no nos cansamos de ver.
Protegerse de la lluvia con estilo
Lo más común es escoger entre los modelos lisos, decantándose más por el color que por lo que pueda estamparse en ellas. Aunque cada vez es más la tendencia a llevar pequeños dibujos a lo largo de toda la caña, sobre una parte destacada de la bota o con un estampado llamativo en toda ella. Estas últimas es mejor que sean sobre blanco o negro, tonalidades que no resulten demasiado exageradas a la vista.
Por otro lado, las de tipo acolchado y brillante suelen ser de charol, por lo que los colores oscuros son todo un acierto. Al tener ese detalle de luz extra que le aporta el material, los azules oscuros, los rojos granates y los negros son ideales para un look más relajado; aunque en blanco le dará un toque vintage único que hay que continuar con un vestuario sesentero. También están los modelos que mezclan ambas caras: la mate y la brillante, simulando un estilo extraído de la equitación.
Botas de agua con algunos extras
Finalmente, los modelos que se pueden adecuar más a un estilo más elegante y llamativo a la vez son aquellos que no solo protegen de la lluvia y el frío, sino que además tienen un toque extra y especial. El logo, sin ir más lejos, es el que marca la diferencia en cuanto al estilo desde un primer momento, ya que cada casa tiene una filosofía distinta.
Las hebillas son otro de los accesorios preferidos por algunas casas de moda, que le dan un toque distintivo y diferenciado de las tradicionales botas de agua. En este caso, el vestuario debe ser elegante y sin demasiados artificios, intentando afinar las piernas para que no se vean demasiado grandes o hinchadas por las botas y los detalles metalizados.
Aquellas que añaden detalles de pelo o lana sobre la parte alta de la caña, que son ideales para protegerse mejor del frío y evitar a la ver que entre agua, muestran un estilo más de montaña. Al igual que en el caso anterior, intentaremos que las piernas se vean más finas y ligeras, dando más volumen al torso con jerséis de lana y abrigos acolchados. Así parecerá que venimos directamente de dar un paseo por el monte, pero con menos barro encima.
La tendencia de toda la casa
Para lo más pequeños, cuentan con una gran variedad de casas especializadas en calzado en general, moda infantil o artículos para la lluvia que comercializan con botas de agua y que cuentan con una variedad muy bien adaptada a sus gustos, tanto por el colorido, como por los estampados y los personajes que más protagonismo tienen en ese momento. De caña alta y pequeña, los niños pueden adentrarse en esta tendencia sin pasar frío ni mojarse con la lluvia.
Para hombres, hay líneas especializadas en cada uno de los sexos y para todas las edades, para así adaptarse a los gustos de cada uno. En este caso, la selección masculina goza de más cantidad, ya que las botas de agua clásicas y lisas son las que se empleaban antiguamente para el trabajo, aunque con el tiempo se ha tendido a pensar que el modelo de bota de agua era femenino.
En todo caso, también hay de tipo botín masculino, así como otros modelos con una línea similar a la que podemos encontrar en los estantes femeninos, pero con un atractivo para el hombre mucho más característico. Un ejemplo de ello, son las cañas altas adecuadas al estilo masculino, las formas menos redondeadas y el tallaje adaptado.