Nacido en 1895 en la pequeña localidad vasca de Guetaria (Guipúzcoa), Cristóbal Balenciaga fue hijo de un pescador y una costurera, de quien seguramente heredó la pasión por este oficio y que le hizo soñar con ser modisto desde muy joven. El estallido de la Guerra Civil Española le obligó a trasladarse a París y a cerrar la que fue su primera marca con cierto éxito en España, ' Eisa '.
Fue en la capital francesa cuando nacería Balenciaga y en la que plasmaría su imaginario más transgresor y el que le daría la fama a nivel mundial. Greta Garbo, Audrey Hepburn o Jackie Kennedy fueron solo algunas de sus clientas y amantes de sus diseños. Su buen hacer y la pasión que ponía en todas y cada una de sus prendas le llevó a ser uno de los mejores diseñadores en Alta Costura, aunque su forma de trabajar y sus rebeliones rápidamente lo alejaron de lo que establecía la Chambre Syndicale de la Haute Couture y, por lo tanto, no siendo considera en teoría Alta Costura.
Fue en 1968 cuando Cristóbal Balenciaga decidía cerrar sin previo aviso su marca y, por ende, sus tiendas y talleres. Algo que pilló por sorpresa hasta a sus empleados. La crisis que atravesaba la Alta Costura con la llegada del prêt-à-porter hizo que Balenciaga fuese insostenible. Tras esto, se retiró a su casa de Altea, en España, donde se dedicó a la vida contemplativa y a algunos de sus hobbies como la pintura.
A pesar de su retirada oficial, su último trabajo fecha de 1972 y consistió en el vestido de novia de Carmen Martínez-Bordiú, hija de una de sus grandes clientas, Carmen Franco y Polo, a su vez hija del Dictador Francisco Franco. Fue también en ese año cuando fallecía durante unas vacaciones en Jávea sin haber tenido alguna dolencia médica antes.
