El diseñador de moda Lorenzo Caprile, nació en la capital madrileña en el 1967. Ese año vio nacer a uno de los diseñadores más importantes a nivel nacional e internacional de la historia de la moda. Es cierto que Caprile, desde muy temprana edad, tenía claro que su vocación le llevaba al camino del diseño y la moda, por ello no dudó en irse a estudiar a EEUU para formarse, aunque como el mismo ha reconocido, nunca imaginaba que llegaría tan lejos. Tuvo claro su objetivo y lo puso en marcha, empezando por lo más alto pues supo dónde ir exactamente para formarse con los mejores y para que pudiera tener la oportunidad de lucirse y hacerse notar.
Cuando Caprile finalizó su andadura en la formación empezó a colaborar desde un principio con firmas de moda italiana, diseñadores de renombre y con revistas especializadas que pusieron la guinda al pastel del éxito que ya se presagiaba cuando se hablaba de Lorenzo Caprile. Al cabo de unos años, Lorenzo Caprile abría su primera tienda en el barrio Salamanca de Madrid especializada su colección en moda de novia, haciéndose cada vez más popular entre la clase alta de la sociedad y así comienza una carrera llena de éxitos y reconomientos. Tanto fue así que la famosa diseñadora de novias Rosa Clará cuenta con la colaboración especial en sus diseños del diseñador madrileño.
Su colección
Una de las características que más de destaca de la colección de Lorenzo Caprile, sea cual sea, es precisamente su atemporalidad. Es un diseñador que siempre ha valorado mucho que sus vestidos, especialmente los de novia, no pasen nunca de moda y puedan ser reciclados y utilizados cuando quiera sin preocuparse de que ese estilo ya no se lleva. Por ello le da tanto valor a la sencillez y normalidad de los diseños, como bien dijo el a una importante revista de moda: " Es muy importante valorar el exceso de detalles en el vestido de novia, como su escasa utilización de detalles. Ante la duda, lo más sencillo siempre es síntoma de éxito asegurado ".
Exceptuando piezas de edición limitada o diseños que le piden concretos, el resto de detalles que utiliza en sus modelos de ropa son encajes, pasamanerías, botones o pequeños toques de brillo que destacan en la novia, pero por lo general, es el propio vestido, su ajuste al cuerpo, su tirón, su cola...quien hace las veces de detalle. Tal y como él ha afirmado, le gusta las novias con aires antiguos, de siglos pasados, donde prima el romanticismo y lo viejo. Lorenzo Caprile, con su estilo exquisito, viste a novias rejuvenecidas y con un estilo dulce y coqueto a la vez.
Las musas de su colección
No es de extrañar, que en cuanto se empezó a escuchar el nombre de Lorenzo Caprile tanto en España como fuera de ella, las famosas y gente de la jet set se hiciera eco y quisiera visitar su atelier para conocer desde cerca sus diseños y las características de su moda. Tanto fue así, que en muy poco tiempo Caprile se había convertido en el diseñador de cabecera de personalidades tan conocidas y prestigiosas como modelos, actrices o hasta la propia casa real.
La Casa Real siempre ha mostrado su apoyo a los diseñadores españoles, por ello Caprile fue el encargado de vestir el día de su boda a la Infanta Cristina con un diseño un punto más recargado al que no nos tiene acostumbrados en su colección habitual, pero éste fue un pedido muy especial para el diseñador que hizo personalizado y que le ha llevado al punto más alto de la fama en el mundo de la moda. Tanto fue la fama que adquirió que actualmente y desde su entrada en la Casa Real, la actual Reina de España, Reina Letizia, lo llama para que la vista en sus eventos más especiales.
La última novedad de Caprile ha sido la intervención de su moda en la película 'El Lobo de Wall Street', vistiendo a la mismísima Margot Robbie el día que se casa con Leonardo DiCaprio. Como ha reconocido Caprile, cuando le escuchó que necesitaban un diseñador para el vestido de la novia no tuvo duda y se presentó él como posible opción. Una vez le dijeron que si, se puso manos a la obra y puso a la disposición de la película toda su creatividad y buen gusto.
Se dispuso a ir un dia a un famoso mercadillo madrileño, compró un vestido ochentero de novia y lo utilizó para romper trozos y recomponerlos, estructurarlo y utilizar algunos detalles que éste llevaba. El resultado fue un vestido de novia muy ajustado a la época en la que se llevaba a cabo la película pero con una moda muy actual y sexy, como la protagonista.