Cartier

En el año 1847 nacía una de las casas de la alta joyería, dedicada a la creación de relojes, pedrería y péndulos de gran prestigio profesional.

Cartier pronto ocupó las altas esferas de la monarquía europea y demás aristócratas, así como artistas de la talla de las grandes actrices de Hollywood.

Símbolo de belleza y poder, la pantera es el gran emblema de la firma de lujo.

Sortija Panthère en oro blanco y diamantes

La pantera de la casa

Louis-François Cartier era un artesano con muchas dotes para la creación de joyas de excepcional gusto. Por ello se decide a comprar el pequeño atellier de su maestro, tras haber aprendido los gajes de su oficio. Pero no será hasta 1874 cuando su hijo Alfred herede la empresa que, desde esa fecha, se convirtió en una marca familiar. Más tarde, serían Louis, Pierre y Jacques quienes se harían cargo de la casa, expandiendo el negocio a los demás puntos cardinales del mundo.

Desde sus inicios, la casa Cartier contó con el patronazgo de la princesa Matilde, cosa que animó a las demás mujeres de alta alcurnia a hacerse con una de sus peculiares joyas. Sus mecanismos y sus diseños -todos ellos de fabricación y diseño propio- forman ya parte de la historia de la joyería moderna.

Esta firma, pese a ser una empresa familiar en un principio, pertenece actualmente al grupo de lujo Riechmont, con Stanilas de Quercize al frente de la marca y su sede central en pleno París. Un gran puesto, ya que la facturación de Cartier supone casi la mitad de los ingresos anuales del grupo al cual pertenece desde 1964. Aunque eso no es de extrañar teniendo en cuenta el valor de alguna de sus joyas, como su rubí más caro: engastado en un anillo y vendido en una subasta por más de 30 millones de euros.

Diseños únicos e innovadores

Sus diseños se caracterizan, no solo por ser únicos, sino también por su perdurabilidad en el tiempo. Es decir, son joyas que pueden lucirse en cualquier época, ya que no son ostentosas, sino sencillas y dinámicas. Todo ello las hace reconocibles a simple vista, porque algunos de sus productos ya forman parte del legado Cartier.

De entre sus relojes, el modelo Tank es sin duda el más alabado. Con un siglo de antiguedad, el diseño de este complemento indispensable sirve como referencia de la evolución de la casa, así como la tradición unida a su artesanía. Manos como las de la Princesa Diana de Gales, la Duquesa de Winsor, Grace Kelly, Catherine Deneuve, Elizabeth Taylor, Marlene Dietrich, Madonna o Muhammad Ali han ido acompañadas de este pedacito de historia. Y otros de los rostros actuales, como el de Bianca Brandolini, que ha sido musa de su colección para otoño/invierno 2015/2016.

Bolso C de Cartier y el clásico anillo triniti

Algunas de sus últimas creaciones forman parte de una colección dedicada al buceo. Aunque sus complementos realizados con una impecable marroquinería, como sus bolsos o carteras de mano, son el detalle que hace diferente cada look. Al cual se le puede añadir un toque de perfumes particulares y característicos de la casa.

La perfección por el detalle es una de sus premisas a conseguir, ya que cada una de las piedras que se venden o aquellas que aparecen engarzadas son talladas a mano. Otra de sus características -por la cual destacó frente al resto en anteriores épocas y hoy en día sigue conquistando el mundo de la alta joyería- es la innovación de sus diseños. Una manufactura relojera que no ha parado de crecer y sorprender.

Los complementos se suman

Aunque la joyería y los complementos no son los únicos logros que la firma francesa ha conseguido. Son muchos los perfumes que Cartier ha lanzado al mercado, muchos de ellos representando a la legendaria pantera de la casa. Como también se ha sabido exponer una colección sobre 'Cartier, el Estilo y la Historia' en el Grand Palais de París; o el libro dedicado a los logros de la firma, 'Odisea de un estilo'. Ambos realizados en el año 2013.

Gracias a la creatividad y la innovación del diseño, se ha llegado a crear el denominado estilo Cartier. Algunas de sus piezas incluye influencias indias y, sobre todo, la fauna impresa en todas sus colecciones. Este tipo de unión de estilos se dio gracias a los nietos del fundador, puesto que viajaron alrededor del mundo para buscar nuevas fuentes de creación.

Considerado como el joyero de los reyes, Cartier diseñó el flamenco Wallis, toda una especie en extinción. Su historia es algo apasionada y romántica, tanto como para que Eduardo de Gales -el heredero a la Corona de Inglaterra- abdicara y se fugara con su amante, Wallis Simpson. Esta estaba casada con un aristócrata, pero el amor que sentía el heredero le hizo rodear a su querida de joyas y lujos, viviendo lejos de la monarquía pero sin apartarse de las excentricidades. Más tarde, en el año 2010, esa joya se vendió por 2,5 millones de euros.

Sus iconos

El siglo XX fue, sin duda, el más productivo para la casa Cartier. En el año 1902 se le encargó a la firma la creación de 27 tiaras que se lucirían en la coronación del rey Eduardo VII, así como la apertura de dos de sus tiendas más emblemáticas en Londres y Nueva York. Dos años más tarde, uno de los nietos del fundador, Pierre, expandió su territorio joyero por Rusia y abrió la primera tienda. Además, por esa misma época, se conmemora la hazaña del aviador Santos Dumont con el primer reloj de pulsera, llamado 'Santos'.

Reloj Tank con correa de cuero marrón

No será hasta la segunda década cuando Cartier tenga presencia en India (1909) con su primera tienda en el país asiático, se cree la diadema de María Bonarpate (19010) y nazca el emb lemático reloj Tank (1917). Durante los años 20, Cartier también reaccionó a la moda característica del Gran Gatsby y se decidió a dar forma al collar de diamantes Bestiary (1920) dedicado al maharajá indio Yadavindra Singh, así como el collar similar para el maharajá de Patiala; y fusionar tres anillos en uno con su primera versión del 'Trinity' (1924).

El famoso collar 'Tutti Frutti' llegó en 1936 por encargo de Daisy Fellowes -que solo llegó a ponerse una vez y más de una década después de su adquisición-; y el broche pantera, dedicado a la duquesa de Windsor, en el año 1947. Grace de Mónaco lució un bello anillo de compromiso en 1956 y la mítica pulsera 'Love' vio la luz en 1969. Aunque los cocodrilos de María Félix (1975) y el collar serpenti (1997) fueron, sin duda, los más reconocidos de esta larga lista de éxitos. Este último, versionado y copiado hasta la extenuidad, fue un autoregalo de la casa por el aniversario de sus 150 años como manufactura joyera.

Desde hace más de un siglo, la casa de alta joyería ha destacado por su destreza a la hora de plasmar la sabiduría de años dedicados al método artesanal. Por eso ha sido, es y será la pionera de la relojería moderna. Con su primera tienda, todavía en el número 13 de la Rue de la Paix en París, Cartier es símbolo de perfección, creatividad e innovación. Así como su pantera, que tan buenos diseños nos ha dejado.