Bajo los valores de independencia, calidad, experiencia, patrimonio, respeto y audacia se presenta la marca relojera suiza Chopard. Lujo y atractivo son sus principales bazas para captar al público más selecto. En sus más de 150 años de vida, esta firma de prestigio se ha sabido diferenciar del resto gracias a sus innovaciones.
Colección Happy DiamondsHistoria del tiempo
Es en el año 1860 cuando Louis-Ulysse Chopard, un artesano relojero, decide abrir su primera tiendas dedicada en exclusiva a la creación de unos relojes con un carácter muy personal. Su expansión por el este de Europa, cubriendo Rusia y Escandinavia por completo, le valdrá como garantía de su futuro éxito.
Una vez pasado el viejo siglo, en los años 20 su hijo decide crear su primera sucursal en La Chaux-de-Fonds. Es así como Paul Louis Chopard emprende el camino de la empresa familiar con su sede suiza. Aunque más tarde, en 1937, se trasladaran a Ginebra, considerada como la gran capital de la joyería de lujo. Para más tarde volver a trasladarse en 1974: esta vez en pleno centro de Ginebra.
Con el último cambio de sede se darán diferentes actividades empresariales dentro de la firma, como la dedicación a los relojes joya y los modelos más femeninos fabricados hasta la fecha dentro de Chopard. Uno de sus ejemplares más reconocidos a nivel mundial es la colección Happy Diamonds, que ha sido reformulado en diversas ocasiones desde su creación en 1976.
Este tipo de reloj comprende la maquinaria compleja y la manufactura de la firma en un solo complemento. Su estilo clásico encierra en su esfera unas pequeñas piedras de diamantes que no aparecen sujetos, sino que se mueven a su libre albedrío entre las dos piezas de zafiro. Este modelo no solo se ha recreado en otras ocasiones, sino que se ha creado una colección especial de joyas inspiradas en este mismo reloj en el año 2015 con su Animal World.
Cambio de mandos
La prosperidad económica no harán que esta empresa siga perteneciendo a la familia Chopard mucho más tiempo. Es en 1963 cuando el empresario alemán Karl Scheufele, descendiente de una familia de tradición artesanal dentro de los cánones de la alta joyería, se hace con el control de esta firma. Aunque mantendrá el ritmo de éxitos y el nombre.
En la actualidad sigue perteneciendo al elenco de la familia Scheufele. De las colecciones femeninas y de alta joyería se encarga Caroline, mientras que de las líneas masculinas y de Chopard Manufacture en Fleurier es Karl-Friedrich. Ambos son hermanos, y a los dos les ha picado la curiosidad desde niños sobre la empresa que hace más de 60 años pertenece a su propia familia.
Colección Animal World por su 150 aniversario en 2010Descentralización relojera
Con la entrada de los años 80, la empresa se expande gracias a la localización de sus tiendas físicas en diferentes puntos del planeta. Empezando por Hong Kong en 1983, que protagonizó la primera boutique en el continente asiático; más tarde, tres años después, fue Ginebra la que protagonizó la siguiente gran apertura, siendo la primera boutique como tal en Europa.
Y tampoco hay que olvidar a una de las ciudades del lujo y del glamour. Nueva York no vio una boutique de Chopard hasta el año 2007. Este pequeño retraso parece que estaba calculado desde hacía tiempo, ya que su establecimiento en Madison Avenue significó la tienda número 100.
Grandes avances
Tras los continuos triunfos de su repertorio de alta joyería, la modernidad aportada y la mejora de sistemas aplicada a sus modelos, Chopard busca reencontrarse a sí misma en 1996, cuando se decantan por volver a los orígenes. Es en este momento cuando la manufactura se refleja en sus L.U.C., un nuevo movimiento mecánico que aplicará al resto de sus creaciones.
No serán esos los únicos, sino que ya en el silgo XXI, el mecanismo de creación de los L.U.C. se repite casi cada año, prácticamente. Con la entrada del 2000 se presenta el modelo Quattro, seguido del Tonneau con microrrotor descentrado y movimiento automático un año más tarde. El Tourbillon y el Regulator on Baseworld serán los siguientes modelos de 2003 y 2004, respectivamente.
El primer reloj en acoplar un sistema de esta envergadura se presentó como Reloj del Año en 1997. Este modelo, pese a que pueda parecer novedosos tenía su peculiaridad, ya que se le concedió al que su fundador, Louis-Ulysse, diseñó en 1860 con la apertura de su firma. Según la revista suiza Montres Passion, dedicada al mundo relojero, este modelo representaba lo que la alta relojería necesitaba en ese momento: la inspiración del pasado y la tradición.
Siguiendo la estela de las colecciones relojeras, otros accesorios y joyas de alta gama como el collar Golden Diamonds se adueñan de la lista de éxitos de la firma. Para el mundo del diseño joyero significó un nuevo concepto de la creación de estos complementos.
Modelo del reloj L.U.C. de 1997Sus extras
A Chopard se le pueden reconocer muchas cosas, como diversas colaboraciones con grandes firmas de cosméticos, entre otras. Pero lo más destacado es su aportación a la Mille Miglia, la carrera de coches italiana que triunfaba en el siglo XX. Desde 1988, la alianza entre estas dos actividades se unian para crear una colección de relojes con una tecnología avanzada y un sistema de precisión propios de las carreras.
También se puede recalcar su relación con el mundo del cine. Tanto es así que en 1998, Chopard pasa a ser el patrocinador oficial del festival de Cannes. Con este título se dispuso a crear la Palme d'Or (Palma de Oro) que se entrega cada año al ganador del certamen. El arquetipo gustó tanto que ha pasado a ser el galardón que se repite con cada gala.
Además, a la firma Chopard se le ha dedicado en 2006 ? con ayuda de sus directivos y sus archivos ? una exposición. El LUCEUM es una conjunción de sus modelos únicos L.U.C., la historia y la tradición de la manufactura y creación relojera de Europa a lo largo de su existencia.
Entre sus clientas más selectas podemos encontrarnos con actrices de la talla de Jennifer Lawrence que, pese a su juventud, ya sabe apreciar las creaciones clásicas y la tradición que hay dentro de esta firma. Así lo demostró en 2013 luciendo unos pendientes y una sortija de Chopard al recoger su Oscar.
Su recorrido ha significado un hueco dentro de la historia de la moda y la alta joyería. Sus muchos descubrimientos y las innovaciones dentro del a manufactura relojera le han servido para seguir creciendo y ofrecer a sus clientes, entre otras muchas joyas, objetos de culto como las sedas, las plumas estilográficas o las carteras y os bolsos de piel.
