Es un referente en el mundo de la moda. No tiene una trayectoria de más de medio siglo de vida, ni su costura es tradicional, ni pertenece a la alta costura. Su fama viene dada por ese eslogan que ha hecho sonreír a más de una persona: la vida es chula.
La capital de la positividad
Desde su fundación en el año 1984, el empresario suizo Thomas Meyer estableció en Barcelona su sede principal. Desde los Alpes hasta la costa mediterránea, la moda más positiva y creativa ha llegado a marcar a toda una generación; y a varias, también.
Gracias al estilo totalmente distinto que ha creado Desigual, la calle ha redefinido sus patrones y modelos establecidos. Ahora lo que importa es la diversidad y la diversión elevada a su máximo exponente.
Según sus campañas, sus lemas y sus directivos, lo que Desigual busca es vestir a la gente real. Puede que hagan uso de algunos rostros famosos y conocidos para así llamar la atención - más si cabe-, pero lo cierto es que siempre están concienciados con los colectivos sociales y personas que cambian el canon de belleza clásica.
La publicidad más creativa
Su publicidad se distingue por muchas razones. Primero, por sus campañas de concienciación social y ese apoyo a colectivos sociales. También se apoyan en la programación de movimientos a pie de calle, entre ellos el Kiss Tour con los besos a la gente que pasara por delante de la tienda, el Naked con gente desnuda que salía de los establecimientos vistiendo su marca y el Paint Party con la decoración de los propios clientes.
Desde lo más bajo
Con la presencia en más de 100 países del mundo, su expansión tuvo lugar durante los años 90 a nivel internacional. Desde esas fechas, Desigual no ha parado de crecer. Es por ello que, hoy en día, cuenta con más de 500 tiendas propias en las diversas ciudades más felices y transgresoras. Además, distribuyen sus líneas unas 8000 tiendas multimarca con sus estands y 2500 córners.
Su primera tienda física se abrió en Ibiza. Desde su puesto de mando, Thomas Meyer dirigía a unas 40 personas que estaban bajo su cargo. Actualmente, las cifras han variado mucho, creciendo hasta los más de 2000 empleados con los que cuenta la marca Desigual.
Aunque no todo eran buenas noticias en su carrera empresarial. Al igual que pasa con muchas empresas del sector textil, su influencia no se vio impulsada durante sus primeros años de vida. En todo caso decaían las cifras de beneficios hasta los años 80, cuando Meyer se vio obligado a determinar la suspensión de pagos en 1988. Tras tomar la dura decisión de continuar con su sueño, la marca Desigual emprendió un duro viaje de recuperación que vio sus frutos madurar ya entrados en los 90.
Piezas muy chulas
Su prenda clave es la cazadora que Meyer diseñó a través de la técnica de patchwork. Mediante retazos irregulares de los pantalones vaqueros que habían quedado en stock, esta pieza se ha convertido en todo un hito de colección. Desde su lanzamiento, su influencia en la moda más 'chula' se refleja entre sus patronajes.
Aunque no todo el mundo puede conocer esta pieza fundamental en el universo Desigual, sus estampados psicodélicos se calcan en todas sus líneas. Fue en el año 1991 cuando se presentó la colección Feel You Sexy. Esta fue la primera aparición en escena de líneas, flores, espirales... de diversos colores estampados sobre un fondo negro.
El positivismo, la creatividad y la diversión de sus piezas -tal y como ellos mismos defienden desde sus filas internas- se ve plasmada en esos estampados tan originales y únicos. Por eso su éxito está en la oferta de prendas exclusivas de la marca y con una línea de estilo tan particular.
El modernismo es el centro
La ciudad condal siempre ha sido uno de sus referentes de moda, por ese aire metropolitano, cosmopolita y con su arquitectura modernista. Ese ambiente lleno de diversidad y reunión de culturas son las insignias más representativas de Desigual.
Eso sí, puede que la razón de que Desigual sea tal y como es, es gracias a la personalidad de su propio fundador. Se rumorea que Thomas Meyer, junto a su familia, se han presentado en varias manifestaciones en contra del sistema establecido.
Aunque no es lo más destacado de la figura del directivo más moderno e inconformista. Sus oficinas situadas en Barcelona reúnen un espacio abierto e igualitario para todos, por eso él mismo no dispone de un despacho propio. Además, se desplaza por el centro de la ciudad en bicicleta y no luce corbata para ir a trabajar.
Alegre a cualquier edad
Desigual presenta un estilo de vida totalmente alejado de las malas caras y un humor apático. Puede que, una de las razones de ese positivismo y buena energía que transmite en todo momento, fuera esa mala racha por la que se vieron obligados a pasar hace casi 30 años. Una barrera que pudieron sobrepasar con algunas dificultades por preservar su sueño de reconversión de la moda española.
Actualmente, Thomas Meyer posee el 90% de la empresa. Una marca que ha llegado a rebasar su valor sobre los 2,5 millones de euros en el año 2014. Toda una experiencia empresarial y de vida que da su recompensa con el tiempo y que sigue en pie gracias a su modelo trasgresor.
Toda una aventura que ha supuesto que Barcelona sea un referente en su estilo. Teniendo como un punto de encuentro principal la antigua Pasarela Gaudí, Desigual presentaba sus novedades cada temporada al público catalán.
Positivismo, creatividad y diversión. Tres palabras que tienen un significado propio, pero que se han reinterpretado gracias a la innovación de las prendas Desigual. Un estilo que ha conseguido reunir a diferentes generaciones por la diversidad de líneas : masculina, femenina, juvenil, perfumes, accesorios... Porque la alegría se puede plasmar en cualquier pieza.
Bellezas atemporales, nuevos cánones de mujer, la edad como excusa para sentirse sexy o rostros conocidos para presentar sus campañas son las claves de éxito de su publicidad. A pesar de estos esfuerzos, a Desigual solo le hace falta seguir predicando con su lema, porque la vida sí que puede ser muy 'chula'.