Quién podría pensar durante la década de los 80 que, en pleno conflicto armado y político en la zona de Israel, un joven modista autodidacta abriría el primer taller de una firma elegante, sofisticada y alto nivel adquisitivo. Junto con el también libanés Zuhair Murad, Elie Saab nació con la vocación de dedicarse al mundo de la moda. Ambos son referentes del diseño del Líbano.
El experto en dar vida a los vestidos de fantasía más espectaculares del mundo nació, creció y se crio en plena ciudad del Líbano. A esta región ha querido dedicarle el mismo esfuerzo y recrearse en su cultura oriental, dotando a sus diseños de un carácter personal y con tintes árabes.
De lo más selecto
Empleando para ello toda clase de materiales y tejidos nobles, donde la sencillez de las telas no está reñida con su alto nivel de calidad. Con ellas crea verdaderas piezas de arte, donde los efectos visuales y las distintas texturas de sus bordados son exquisitos. La calidad y el preciosismo siempre han ido implícitas en su manera de trabajar con el cuerpo femenino.
A él le debemos esos vestidos de cuentos de hadas, donde las mujeres se convierten en princesas sacadas de otros tiempos, reinas del desierto, ninfas de los bosques... Toda la feminidad elevada a su máximo exponente se puede encontrar con facilidad entre los estantes de sus tiendas.
Desde que fundó su primer taller de costura en su ciudad natal en el año 1982, cuando tan solo contaba con la tierna edad de 18 años y sin apenas experiencia previa, sus tonalidades predilectas han sido los colores neutros, aquellos que llaman la atención por su simpleza y pureza. Para él, el momento de conflicto que el país vivía en ese momento no le impidió ver la belleza y reflejar en unos patrones la esencia misma de su cultura.
Pese a ser prácticamente un diseñador autodidacta, la precisión con la que domina la calidad de sus modelos parece de un modista formado extensamente y de manera continua. Los bordados siempre se muestran delicados sobre unas telas ligeras, suaves y sencillas. La manera en la que consigue acoplar la pieza al cuerpo de la mujer que lo viste parece imposible.
El gran salto
Los brillos, los tules y las transparencias que abundan en sus diseños se atrevieron a debutar en una pasarela de Roma durante su semana de la moda. En ella, muchos artistas y aristócratas descubrieron durante los años 90 una nueva visualización de lo que la moda oriental significaba. Como si del cuento de 'Las mil y un noches' hubieran aparecido en plena ciudad italiana unas modelos engalanadas con joyas y tejidos de una luminosidad exquisita.
El cuidado y el mimo con el que trata a todos y cada uno de sus diseños es la clave para que, recién estrenado el siglo XXI, a Elie Saab se le conceda el honor de pisar por primera vez la pasarela de París. Hoy en día, es una de las pocas firmas extranjeras de la ciudad que cuenta con cuatro desfiles anuales en el país: dos para el prêt-à-porter de la semana de la moda y otros dos más para la presentación exclusiva de las novedades de la Alta Costura.
Uno de los requisitos para poder participar en este último evento es el de poseer una tienda o taller propio en la ciudad y que en él se trabajen de manera manual los diseños de la colección presentada. Además, la confección a medida también es una pieza clave para poder pasar el corte. Por eso Elie Saab decidió trasladar su sede a París en el año 2007 a una de las zonas más exclusivas, aunque sigue manteniendo el enclave de su primer establecimiento en Líbano.
Cambio de mentalidad
Su enfoque sobre lo que sería un estilo enclaustrado en la alta sociedad de la sofisticación y la elegancia, también viene precedido por la necesidad de mostrar lo que significa para él la modernización de lo oriental. Lo que tradicionalmente la cultura europea creía creer que era, con artistas como él la historia de la moda oriental ha dado un vuelvo total.
Su país de origen siempre está presente en cada una de sus piezas, donde es el símbolo mismo de su propio estilo. La fuerza, el renacer y la búsqueda continua de lo bello son fundamentales para entender que, lo que Elie Saab realiza, es puro arte.
A sus dos líneas habituales de vestidos, que son el prêt-à-porter y la lata costura, se le han ido sumando otras como su perfume, del cual tiene ya varias versiones, y una nueva colección para novias. Esta se estrenará para la temporada de primera de 2017, aunque se pudo ver un adelanto de la belleza con la que es posible pasar por el altar en el desfile de alta costura de París celebrada en enero de ese mismo año.
Ellas le eligen
Para que nos hagamos una idea de lo que ha significado el nombre de Elie Saab en la etiqueta de un vestido, su trabajo llegó a vestir a la reina Rania de Jordania. La pieza seleccionada fue la elegida para vestir a una futura reina en su coronación. Aunque no ha sido la única personalidad real o diplomática que se ha decantado por un acierto seguro con alguno de sus diseños.
Por otro lado, actrices como Diane Kruger, Elena Anaya, Angelina Jolie, Blake Lively o Mila Jovovich han sido las encargadas de llevar a este libanés sobre las alfombras rojas más exclusivas de medio mundo. Y es que no todo el mundo puede adquirir una pieza única extraídas de sus talleres, sino que hay que saber lucir la elegancia que él mismo profesa. Su estilo es toda una declaración de feminidad y fantasía.