Es considerada como una de las firmas que mejor define la belleza masculina. Con sus trajes hechos a medida, sus líneas más comerciales y su dedicación íntegra a cada proceso de fabricación de los tejidos y de las piezas, Ermenegildo Zegna es sinónimo de calidad y lujo. Una etiqueta a la que muy pocos tienen acceso, pero la cual sigue creciendo y dando nuevas versiones de su faceta empresarial.
La historia de una familia
Esta es la historia familiar de todo un árbol genealógico que, a día de hoy, comprende ya la cuarta generación. La idea inicial emergió de Angelo Zegna, el padre del verdadero fundador de la firme. Este empresario italiano quiso montar una empresa dedicada a la producción, venta y distribución de lana en la segunda mitad del siglo XIX. A pesar de ser relojero de profesión, el material textil se le apareció como un modelo productivo de negocio.
En realidad, no sería hasta el año 1910 cuando el hijo menor de Angelo -que tenía diez-, Ermenegildo, decidió montar de manera oficial el Lanificio Zegna, cuando solo contaba con 18 años de edad. Este sería el inicio de una de las firmas y empresas textiles más productivas y con mayor renombre de la historia de la moda de Italia.
Angelo Zegna, el hijo de Ermenegildo que lleva el nombre de su abuelo, es el actual Presidente Honorario del grupo empresarial. Junto a su hermano Aldo, ambos descendientes del fundador han querido representar le ética en el negocio familiar. En este caso, hablamos de la tercera generación Zegna, con la cual la firma ha conseguido expandir su negocio a sus anchas.
Ahora es Gildo Zegna quien lleva las riendas del negocio. Manteniendo fiel la promesa de producción propia, calidad y lujo, la empresa sigue creciendo gracias a la dedicación de toda una familia. La historia de esta marca no se podría conocer sin la ayuda del árbol genealógico de la casa, que cuenta ya con más de un siglo de historia.
El reloj no se para
Es una de las casas más longevas y prolíficas de Italia. Los tejidos que salen de sus talleres son la materialización del lujo y la belleza masculina, marcados con un símbolo rojo para determinar su autenticidad y su calidad. Además, es uno de los líderes mundiales en cuanto a la comercialización de tejidos naturales y piezas únicas para la ropa masculina. Por eso ha podido permanecer en el tiempo más de un siglo.
Alma concienciada
A pesar de los años, sus bases siguen siendo las mismas. Lo que antes preocupaba a su fundador, sigue siendo parte de la superación de los actuales familiares al cargo. Por eso hablar de Ermenegildo Zegna es hablar de concienciación social, económica, cultural y ecológica.
El propio Ermenegildo puso en marcha un proyecto de restauración de la zona que rodeaba su industria, cerca de los Alpes del pueblo de Trivero, donde estableció una carretera de acceso para los visitantes que viajarán por la zona y sus trabajadores -terminada por la tercera generación de la familia Zegna- y la construcción de viviendas para estos últimos. Aunque no solo se centró en su propia fábrica, sino que sumó sus esfuerzos para dar vida a la zona.
La empresa dio un vuelco al pueblo de Trivero y las zonas colindantes: dotó de mayor apertura a la cultura con gimnasios, bibliotecas, un centro médico y una guardería. Además, ayudó a que la economía rural -de donde procedía su materia prima- notara la mejora del oficio. Construyó la Panorámica Zegna -la carretera que unía Trivero con Bielmonte- y añadió la posibilidad de un complejo turístico cerca del mar, para dar más posibilidades económicas a la zona. Para él, el medio ambiente era necesario. Mejoró zonas abandonadas y repobló de árboles los bosques. Ayudaba así a la ganadería ovina, que era su fuente de ingresos con la lana y el tratamiento más artesano de esta.
Lo que vale un Zegna
Sus productos nacen dentro de la empresa: tiene distintos puntos de ganadería -algunos se sitúan en Italia, Australia o Suiza- donde cuida de las ovejas, recoge la lana de manera manual y crea las piezas a partir de telares propios. Sus trabajadores siguen manteniendo la tradición, cosa que ha hecho de esta marca una de las más codiciadas por su belleza y comodidad.
Diseña trajes y conjuntos a medida para sus clientes más selectos y exigentes. Su comercio no es al por mayor, ya que depende de su producción rural, por lo que la calidad está reñida con el elevado precio de sus productos. Porque para Zegna, el lujo tiene un precio.
Fechas clave
En sus inicios, como toda firma, la gloria no venía servida en bandeja, sino que se tuvo que invertir y arriesgar. Por eso, en 1938, cuando la firma contaba con casi 30 años de existencia, exporta por primera vez su producto al continente americano. Pero no será hasta 1968 cuando abre una tienda en Novara (Italia) desde la cual se fabricaban pantalones y camisas de manera exclusiva. Luego esta dedicación se ha trasladado a otras zonas, como Suiza o España.
Una de sus creaciones más ambiciosas fue la línea Su Misura, abierta en 1972. Esta línea está dedicada a los accesorios y a la ropa deportiva, cosa que permitía ampliar su negocio. Durante estos años, su expansión crecía sin detenerse. En 1975 contaba con su presencia en más de 40 países; hoy en día esa expansión ha seguido creciendo hasta contar con más de 500 puntos de venta propios.
Durante la década de los 90 se crea un sistema empresarial de modelo vertical. Con este se llevaba un control más exhaustivo de todas las fases de producción : desde la alimentación de su ganado, pasando por el proceso de esquilado y lavado de la lana, hasta su diseño y comercialización como pieza de ropa. A pesar del avance -dado que fue la primera firma de lujo masculina que implantaba este modelo de negocio- su mercado sigue siendo al por menor.
En el año 1991 se convirte en la primera marca de lujo masculina en establecer una de sus tiendas de manera física en China. Actualmente cuenta con más de 70 tiendas físicas solo en el país asiático, siendo este uno de sus mercados de mayor referencia, seguido muy de lejos por Estados Unidos. Aunque Italia sigue siendo su mayor dedicación: en el año 2008 se estrena en la pasarela de Milán con Ermenegildo Zegna y Z Zegna, sus dos líneas de ropa masculina más económicas.
El principio del fin
La elegancia y la masculinidad que retoma Ermenegildo Zegna están basados en ese aura de elegancia que desprenden los trajes y los patrones clásicos. Aun así, la firma sabe cómo adaptarse a los nuevos tiempos gracias a su influencia en el mundo moderno y la constante actualización de sus estandartes, donde la vanguardia también tiene lugar entre sus estantes. Una paleta cromática que capta la esencia de las tonalidades básicas que todo hombre debería vestir.