A Fred Perry se le puede catalogar en ese selecto grupo de socialités deportivas que se pasaron al mundo de la moda. Al igual que hizo su oponente en las pistas de tenis y la moda René Lacoste, tras ganar sus respectivos premios cumbre en este deporte, ambos decidieron hacer más fácil la comodidad y el juego de los futuros campeones.
La vida tras el tenis
Esta marca inglesa proviene de los enigmáticos años 30, donde un tenista profesional se retira de su trayectoria como deportista de élite tras conseguir unos jugosos títulos. Su marcado estilo británico reside en su denominación de origen, a pesar de ser uno de los pocos que provenía de una familia más bien humilde, con su principal fuente de ingresos en la esfera industrial.
Tras acabar su paso por las pistas deportivas, Fred Perry no se termina de retirar de la esfera pública, sino que se lanza a crear una firma que llegará a nuestros días como una de las marcas más codiciadas. Formando parte, además, de los grupos suburbanos que en el Reino Unido se sucederían durante la segunda mitad del siglo XX.
En su vida post deportiva, Fred Perry viaja a Estados Unidos, un país muy de moda que ponía el broche a una clase social distinta, una visión de futuro totalmente alejada de los convencionalismos europeos y unos tintes políticos bastante avanzados. En esa 'tierra de las oportunidades', el ex tenista descubre una nueva faceta de la vida diaria, observa una visión totalmente distinta de la sociedad del momento y del reflejo de ello en la moda.
Es en el año 1941 cuando conoce a Tibby Wegner y crean conjuntamente la empresa. Primero se dedicaran a comercializar una muñequera de tela especial para quitar el sudor de la frente cuando el jugador se encuentre en mitad del partido, además de proteger esta articulación de posibles lesiones. Este descubrimiento tan sencillo pero a la vez tan útil será descubierto por Perry gracias a la visión de Wegner.
Más tarde, y en vistas del éxito de este complemento deportivo, ambos empiezan a añadir nuevas líneas de ropa dedicadas en exclusiva al mundo del tenis. Comodidad, sencillez y distinción son las tres premisas que describirían el papel de sus diseños. Aunque será en 1952 cuando Fred Perry se lance con su propia empresa textil. Es desde ese preciso momento cuando el ex tenista se hace con el control de su propio nombre y de la comercialización a gran escala de su firma.
El estilo deportivo
Su estilo se caracteriza por tener una base de inspiración deportiva. Es sencilla estéticamente y los materiales suaves y ligeros permiten una garantía de comodidad a la hora del movimiento que muy pocas empresas dedicadas al comercio de ropa deportiva conseguían. Por entonces su ropa todavía se reservaba para las pistas de juego. Aunque la calle no tardaría en ver sus diseños.
Los polos para hombre y mujer son los más característicos de Fred Perry. Inspirado en un estilo totalmente británico, el cuello de la pieza simula el de la camisa de vestir de la época, con unas dobleces grandes y altas que cubren la mitad del cuello, la botonadura con detalles y las tonalidades características con las que teñir cada complemento. La utilización del algodón piqué es muy tradicional en sus diseños para los polos, aunque no es el único, sino que Lacoste también utilizaba este mismo material tan de moda en las esferas deportivas por su transpiración, ligereza y comodidad.
Pese a que esta pieza es la más característica de Fred Perry, su calzado fue el que realmente encumbró a este genio de la raqueta y de la moda cómoda a los niveles de popularidad y reconocimiento con el que se le reconoce hoy. En el año 1957 es cuando se lanzaron las famosas zapatillas deportivas de lona que imprimían su logo de corona de laurel sobre uno de los lados. Desde ese preciso momento, Fred Perry se puso a la cabeza de muchas otras firmas dedicadas al mismo sector.
Un símbolo suburbano
El logo inicial era el nombre de Fred Perry junto a un cigarrillo colocado estratégicamente, aunque otra de las opciones con las que se firmaba la línea era la corona de laurel daba un toque más sofisticado y deportivo, un símbolo que más gente entendería y aceptaría por mucho que pasara el tiempo. Ese era el símbolo de los ganadores, como en la antigua Grecia y Roma, donde el deporte estaría implícito en su mismo nombre. Al final resultó que ese sería el logo principal de la casa, revalidando frente al cigarrillo que todo gentleman cataba por entonces.
Este dibujo ha conseguido que muchas culturas underground o suburbanas tuvieran mucho más en común de lo que ellos mismos pensaban. Las bandas rivales, en distintas épocas, llegaron a lucir polos o zapatillas de Fred Perry como identificación social, sobre todo durante el periodo en el cual el estilo grunge proveniente de Estado Unidos se hacía cada vez más fuerte.
Los skinhead como supremacía social, la música britpop en defensa de su estilo musical frente al predominante grunge norteamericano o el indie y el hipster, como los movimientos sociales más recientes, fueron los cuatro grupos más destacados a los que Fred Perry dio una razón más de unión. Porque en un país como Reino Unido, la identidad social era lo más importante, como muestra de distinción y origen europeo.
Pese a que la firma creó otras prendas de ropa más ponibles y que combinaban con otros estilos de cada etapa, su estética deportiva siempre ha sido la que ha marcado sus colecciones. Tanto antes como ahora, Fred Perry sigue vistiendo a una generación joven que luce sus polos de tenis con un estilo propio del street style. Sobre todo gracias a Reissues, una de sus líneas más clásicas y que con el tiempo más veces ha reinventado.
Su actual situación
Desde el año 1995 la empresa asiática Hit Union se hace con Fred Perry tras el fallecimiento de su fundador. Tras este suceso, la marca ha seguido creciendo y ha conseguido mantener su estatus social y empresarial gracias a las bases que el original ex tenista marcó en su momento.
Otro tipo de personajes artísticos han dado más nombre y han elevado su categoría como firma gracias a la colaboración estrella que han protagonizado. Uno de los últimos fue el diseñador Raf Simons -procedente de Dior-, el tenista Bridley Wiggins, el diseñador Nigel Cabourn, la cantante Amy Winehouse poco antes de su fallecimiento o la diseñadora Bella Freud. Todos ellos pertenecientes a la categoría reconocida como Friends of Fred, donde los deportistas o demás artistas han protagonizado alguna de sus campañas o colecciones.