La marca Indiwoman nació en el año 1991 de la mano de los hermanos Diego y Gonzalo Santaolalla. Provenientes de una familia dedicada al mundo de la moda y la costura, estos vascos iniciaros un camino hacia el diseño que poco tendría que envidiar a otras casas españolas.
El cambio de nombre oficial
Bajo el trabajo que su diseñadora actual, Cristina Villar, inició junto a ellos a principios de la última década del siglo XX, la tradición del estilo vasco estuvo bien presente en cada una de sus colecciones. Pese a que la firma cerró sus puertas como Indiwoman en el año 2012, la casa sigue creciendo bajo el título de Indi & Cold.
Esta lavada de cara y renovación constate fue posible gracia a la asociación junto a otra de sus marcas por entonces: Cold Alaska, la cual había nacido cinco años después de Indiwoman. Así pues, no se puede hablar de una sin las otras dos, ni viceversa. Por eso, es importante destacar que, las 21 primaveras que estuvo la marca madre, de la cual surgen todas las demás de los hermanos Santaolalla, supusieron el inicio de lo que hoy conocemos.
El estilo inicial de Indiwoman
Como ya se ha indicado, el estilo que caracterizaba a Indiwoman era un vestuario más desenfadado, con aires que recuerdan a un toque más bohemio, pero sin perder esa esencia vasca y juvenil. Siempre enfocado en los tejidos suaves, la ligereza de las prendas y los estampados, Indiwoman hacía honor a su nombre con looks que representaban una parte también del imaginario colectivo que tenemos de las tribus de indígenas americanos.
Repartidas todas sus colecciones a lo largo de España y parte del extranjero, Indiwoman tenía un punto moderno y actual, pero alejado de las tendencias y las vanguardias que todas las demás firmas se empeñaban en seguir. Con un estilo más personalizado y marcado, una de esas características que les hacía especiales a los hermanos Santaolalla en su primera aventura como dueños de una marca de moda, eran los estampados.
Estos se han conseguido trasladar a la actual firma Indi & Cold. Ya que se mezclan dos de los estilismos más destacados de cada una de las casas con las que se fusionó y se creó esta marca, de Indiwoman prevalecieron los vestidos ligeros y muy femeninos y, sobre todo, los estampados. Con ellos se intensificaba la idea de la temática particular de cada colección, por lo que cada prenda plasmaba una esencia que se convertía en única.
La historia, la esencia y el estilo en sí mismo que Indiwoman buscaba aprovechar en cada puntada de sus prendas, lo podíamos encontrar en las ciertas imágenes o dibujos que se representaban en sus estampados. Contaban todos ellos una idea clara que acabaría por trasmitirse a través de sus cortes y piezas clave. Por lo cual, quien vistiera de esta firma, realmente estaba contando una parte de la esencia y la idea que estos hermanos vascos tenían en mente.
El legado de Indiwoman en Indi & Cold
Sus mercados principales son Japón, Australia, Taiwán, Hong Kong, EEUU y Canadá, donde el estilo de Indi & Cold es igual de entendido. Por lo que no hay que confundir que una marca sea en su origen española, ya que al final se tiende a expandir sus mercados más allá de sus propias fronteras, donde se encuentran parte de sus mayores beneficios.
Al tratarse de una marca que cada vez está en mayor expansión, no todas sus tiendas físicas son propias, sino que también cuentan con algunas localizaciones multimarca. En estos establecimientos, Indi & Cold comparte espacio con otras marcas del sector igual de importantes, cosa que le permite expandirse con un poco más de tiempo.
Dejando que los clientes comiencen a familiarizarse de manera paulatina, y que acaben por rendirse al estilo chic que proponen desde Indi & Cold, la marca vasca va ganando adeptos en otras zonas antes inexploradas para la firma. Con ello, se implica en el comercio del sector y en las ansias de seguir creciendo, por lo que acaban por crear sus propios comercios en las ciudades donde su toque más personal, alejado de los modelos repetitivos de las demás marcas del sector, va ganando seguidores.
El altruismo se repite en Indi & Cold
La colección primavera/verano del año 2011 surgió como una colaboración de donativos con la Fundación Vicente Ferrer, que destinó los beneficios en favor para la reconstrucción y la ayuda humanitaria a una de las zonas más empobrecidas de la India. En este caso, se reconstruyen viviendas y se hacen otras nuevas, además de escriturarlas a nombre de las mujeres, para que no tengan que depender de un hombre para poder subsistir.
Como ayuda extra, en esas zonas se establecieron también algunos pequeños talleres en los que las mujeres de la región podían encontrar un puesto de trabajo, realizando parte de la producción que Indi & Cold crea y comercializa. Una parte de las ventas de esa colección también es la que ayuda a que la firma haya podido recaudar casi 100.000 euros hasta la fecha para la reconstrucción de más de 50 viviendas.
Para el año 2017, Indi & Cold se decidió a seguir con su proyecto altruista y donar los beneficios recaudados para el proyecto. En este caso, el dinero salió de la colección de pulseras y fulares para la temporada primavera/verano, que no superaban los 6 euros de precios. También se pueden encontrar unos pañuelos estampados finos, que serían los otros accesorios solidarios de la firma, con un precio que ronda los 20 euros.
Un o nace para que viva otro
Aunque Indiwoman no ha muerto del todo, sino que se sigue reflejando en muchas de las actualizaciones que la firma Indi & Cold realiza con cada colección de temporada, sí que puso fin a su creación bajo la etiqueta característica en 2012. Pero eso solo supuso un empuje más para seguir creciendo y desarrollándose como marca, para que otra más joven y actualizada pudiera continuar sus pasos.