Este diseñador nacido en Taiwán, apenas cuenta con 35 años de vida. Pero, en haciendo un repaso a su intensa carrera, pareciera más que estuviéramos ante toda una eminencia de más de medio siglo. En cambio, cuando todavía no había cumplido los 25, Jason Wu abrió su marca bajo su propio nombre, apostando su futuro y su prestigio.
En él convergen distintas culturas
Siendo todavía un niño, Jason Wu emigró a Canadá de pequeño junto a su madre en el año 1991. Poco tiempo duró su experiencia en tierras canadienses, ya que su viaje dio para tomar un primer contacto con el continente americano, ya que luego se trasladaría un poco más al sur, traspasando la frontera e instalándose en Estados Unidos ocho años más tarde. Es en ese contexto que se asume una clara unión de dos culturas totalmente distintas.
Con su pasión y su creatividad por delante, el taiwanés se formó dentro de la cantera de Narciso Rodríguez en 2004, tan solo tres años después de matricularse en la Escuela de Parsons para llevar su pasión a un nivel más profesional. Aunque sus verdaderos inicios estuvieron a cargo de las diminutas figuras de las muñecas, para las cuales diseñó y creó varios surtidos de modelos que comercializó años atrás como su primera toma de contacto directo con la línea empresarial del mundo de la moda.
Es un diseñador que, con una carrera tan corta y una edad que no coincide con los éxitos con los que ya se ha hecho en tan poco tiempo, tiene un futuro más que prometedor por delante. A esos éxitos se les ha puesto nombre en los distintos años en los que ha sido galardonado y reconocido, aunque también tienen caras con nombres y apellidos, los cuales han llevado sus diseños y creado ese halo de eminencia que siempre rodea su nombre y su trabajo.
La referencia de muchos y el maestro predilecto
A Jason Wu se le puede reconocer por tener un estilo muy depurado y poco arriesgado. Pero eso no significa que no tenga nada de lo que presumir, ya que es considerado como el diseñador de referencia de muchos, por encima del nombre o etiqueta bajo la que trabaje o colabore. Porque su enseña va mucho más allá.
Muchas de sus seguidoras acuden siempre a él para que diseñe sus propios vestidos o para lucir uno de sus conjuntos con los que luego acudir a las galas y entregas de premios. Una muestra de ello es la cantera de actrices, cantantes y artistas en general que ya han repetido en más de una ocasión con uno de sus modelos, además de adecuar algunas de sus piezas de colecciones crucero y de diario, no solo de alta costura, a su vida cotidiana.
Una de sus seguidoras más incondicionales es la ex Primera Dama de los Estados Unidos Michel Obama, al cual recurrió ya en varias ocasiones importantes a algunos de sus diseños. El más llamativo fue el blanco decorado con cristales de Swarovsky y con un hombro descubierto.
Otra de sus principales fans, entre otras muchas de su mismo sector laboral y artístico, es la actriz Natalie Portman. En la premiere de una de sus películas más taquilleras y conocidas de los últimos años, la israelí apareció con un vestido suyo durante la sesión de fotos y los actos posteriores. Aunque ella no ha sido ni la primera ni la última en confiar en el diseñador para acudir a un evento de tanta importancia y trascendencia, tanto dentro como fuera del contexto cinematográfico.
Una carrera de éxitos constantes
Jason Wu se mueve entre los estilos más atemporales, elegantes y sencillos, sin demasiados artificios. Porque eso es lo que gusta a la gente que confía en él: alejarse de las figuras exageradas y los estilismos casi imposibles, que algunos grandes diseñadores sí que seleccionan para sus últimas temporadas. En cambio, Jason Wu representa la realidad actual y las necesidades de las mujeres de hoy en día en vestidos que harán historia.
En el año 2008, al diseñador se le concede el premio Fashion Group International Rising Star Award, justo después de haber llevado sus primeros diseños bajo su propia firma homónima a las pasarelas y las alfombras rojas más prestigiosas del mundo. Con algunas clientas fijas ya bajo el brazo, el diseñador abre una nueva línea para alta costura de Jason Wu: una colección de joyas. Además, creará su primera colección crucero, que hasta entonces había evitado.
Tan solo un año más tarde, el diseñador taiwanés comienza una colaboración con la firma Roger Vivier. No solo eso, sino que a las nuevas colecciones que hacía poco tiempo habían visto la luz, como la de joyas y su línea crucero, se le suma un nuevo desafío laboral: diseñar una colección de gafas.
A los pocos meses de todo ello, Jason Wu se adentra una vez más en otro aspecto muy relacionado con el sector de la moda como lo es la belleza con una nueva colaboración. En esta ocasión, el taiwanés se atrevió a crear una serie de sombras de ojos para la firma Shiseido, con la cual lanzó la colección beauty. Con ese nuevo proyecto, se le concede el CFDA de Swarovsky a la mejor colección femenina del año 2010. Sumaba así un galardón más a sus reconocimientos mundiales.
Ya en el año 2013, se atreve con una línea más accesibles, con la que llegar a otro sector más de la población y con la cual intentar conseguir nuevas clientas a las que enamorar con sus diseños. La colección propuesta pasaría a tener una etiqueta propia, bajo la cual se denominaría como Miss Wu. Por otro lado, esa misma temporada, la modelo Stephanie Seymour sería la protagonista de su campaña para primavera/ verano en su línea habitual. Además, sumaba a su currículum un nuevo puesto de importancia dentro del sector de la moda, como lo era asumir el cargo de director creativo de la firma Hugo Boss para su línea femenina.