Su nombre proviene de una de las gemas más preciosas de la joyería, una pieza muy femenina, delicada, de lujo y con mucha elegancia en sí misma. Valores que la firma busca transmitir desde su fundación en la década de los 50. Desde Bologna, una ciudad hoy universitaria de Italia, nació la que hoy es una de las marcas de lencería más codiciadas a escala global.
Moda italiana a gran escala
Su creadora Ada Masotti decide abrir un taller a gran escala dedicado a la ropa interior femenina, pero no solo para el día a día, sino que incluye todo su saber e innovación en la corsetería para adaptar unos nuevos modelos a los gustos y actividades de las mujeres de entonces. Combinando lo que era la tradición junto con las nuevas necesidades femeninas, esta italiana consigue crear todo un imperio de sensualidad y del confort al mismo nivel.
Con la llegada del movimiento hippie en los años 60 a nivel mundial, La Perla es una de las casas de moda que abandera esta etapa. Gracias a las nuevas adaptaciones de los modelos y el diseño de una lencería más cómoda y funcional, se añaden también las necesidades básicas del momento: el color y la creatividad. Todo ello se suma y el resultado es el equivalente al crecimiento a nivel internacional de la casa italiana.
Todo su entender sigue creciendo y desarrollándose, lo que le permite a La Perla ser una de las casas lenceras que aprovechan el movimiento de transgresión y liberación de la sexualidad de la mujer. Una parte muy importante del crecimiento de la firma, ya que eso suponía que la ropa interior tomaba una importancia y una determinación, al mismo nivel, que anteriormente que era casi inexistente.
Más adelante, cuando la sucesión de nombres como el de Karl Lagerfeld, Azedinne Alaïa, Jean Paul Gaultier o John Galliano hacían un gran alarde de su creatividad y del poder del diseño, la lencería se convertiría en el foco de atención de muchas otras casas de moda y lujo. La ventaja para La Perla supuso un adelanto en el desarrollo con el que la casa ya contaba por entonces, por lo que su estética y sus conocimientos en corsetería fueron del todo envidiados.
Es durante las décadas de los 90 y principios del año 2000 cuando La Perla encuentra una salida factible en su origen italiano. Valentino, Versace, Gucci, Prada, Giorgio Armani o Fendi son algunos de los nombres que más se repitieron durante esta etapa, dejando a un lado el esplendor francés que tanto había caracterizado al mundo de la moda.
De ese éxito, La Perla no fue la única marca lencera que consiguió que su nombre estuviera entre las más destacadas, aunque sí que consiguió ser una casa de las más respetadas. El problema vino con la llegada de la crisis, que rompió todo el trabajo y el ascenso que la firma italiana había ido consiguiendo con el paso del tiempo. Por lo que se podría decir que esta es su etapa de resurgimiento, el momento en el que busca posicionarse como una de las mejores.
Una gran casa en crisis
Sus más de 150 tiendas repartidas por todo el mundo no le han servido a La Perla para devolver ese nivel de prestigio con el que contaba hace unos años. La crisis del sector textil, así como de la economía mundial, dejaron una huella imborrable en las ventas de la casa. Aunque tampoco su dirección supo cómo remediar la dura situación por la que estaba atravesando la firma.
Mientras que unas pocas marcas supieron cómo salir del paso -algunas de ellas incluso incrementaron sus ingresos gananciales año tras año-, a esta experta lencera no le sirvieron de mucho las medidas tomadas durante este periodo. En la actualidad, es una marca que necesita volver a coger aire fresco, cosa que parece que están consiguiendo con los últimos rostros protagonistas de sus colecciones.
Ha cambiado de gestión tres veces desde el año 2007, por lo que se intuye fácilmente que las cifras no son lo que deberían. Así como su compra por parte de una de las empresas conocidas por adquirir marcas en quiebra o posible riesgo, Sapinda. Además, bajo la dirección de Scaglia se hizo una inyección de capital de unos 120 millones de euros para intentar así reflotar su prestigio.
Ha pasado por un periodo de crisis muy grave y ahora es el tiempo de que las cosas vuelvan a su cauce para una de las firmas de lencería más conocidas y de calidad. Ni los rostros importantes que han protagonizado sus últimas campañas le han servido para recuperar la importancia que tuvo en su momento, aunque se espera que con los cambios hechos y las decisiones tomadas se resuelvan las dudas que se han ido formando sobre el cierre o la posible quiebra de La Perla.
Un estilo sofisticado, pero atrevido
Líneas de lencería femenina, así como masculina, trajes de baño, colección dedicada al hogar y accesorios. También se han lanzado con el diseño prêt-à-porter y los trajes de noche, para que La Perla tenga más presencia en el armario de cualquier mujer y hombre a todos los niveles posibles.
Sus precios no son del todo accesibles, por lo que el público al que se dirige es bastante pudiente y con un gusto por la moda muy sofisticada. No destaca por la creación de piezas muy elaboradas artísticamente, sino por el cuidado, la calidad y la delicadeza que transmiten cada uno de sus conjuntos.
Aun así, eso no quiere decir que La Perla no cuente con algunas de sus piezas más espectaculares y totalmente creativas, ya que algunos modelos sí que pueden resultar más modernos y vanguardistas. Aunque es realmente esa transmisión de los valores de la casa, a través de sus tejidos y diseños, mediante los cuales se consigue plasmar esa sensación de actualidad y elegancia más transgresora del momento.
Rostros de importancia
Si ya es conocido que una marca de lencería sea la principal representante de cuerpos bien definidos y de rostros agradables para sus campañas, hay algunos nombres de la lista de La Perla que a más de una casa de moda le gustaría tener entre sus pupilas. Por ello, el empuje que la casa recibió tras estas últimas colaboraciones de importancia le han devuelto parte del imperio perdido. Aunque ni con ello ha sido suficiente.
Entre las más destacadas está la campaña para la temporada otoño/invierno del año 2014, en la cual participaron a partes iguales Cara Delevigne, Malgosia Bela y Liu Wen. Esta última modelo asiática repitió dos temporadas más tarde y compartió cartel con Natasha Poly y Mariacarla Boscono, otras dos grandes mujeres del mundo de la moda. Aunque fue la protagonizada por Kendall Jenner en 2017 la que mayor empuje y revuelo creó.