De esta firma de moda de lujo, a un precio mucho más reducido que sus otras competidoras del sector, se destaca principalmente la estética cuidada y poco excesiva que profesa su creadora, Linda Kristin Bennett. El secreto para haber llegado a vestir a la Casa Real Británica reside en los diseños relajados y en la ropa perfecta para cualquier ocasión. Una moda muy femenina que combina lo moderno y vanguardista con la funcionalidad del día a día.
Rasgos muy característicos del norte
Nacida y criada en el norte de Londres, Linda K. Bennett -iniciales y apellido propios para nombrar a su firma- son los que le han dado la clave de su estilo personal. Tras sus estudios, la manera de entender la moda de cada momento pasa por su propia experiencia, la cual le ha demostrado que se puede ir elegante a la vez que ser atrevida con la ropa, pero no por ello ir provocativa. Es así como en el año 1990 nace L. K. Bennett.
Para esta diseñadora y emprendedora inglesa, su ascendencia islandesa también le ha ayudado a traducir esas dos culturas en su marca. La combinación de ambas es el resultado de una estética más relajada y sencilla a la hora de seleccionar un vestuario característico de la ciudad de Londres. Como no podía ser otra manera, la marca es muy representativa de lo que se entiende como estilo British, ya que cuida de cada detalle y busca la elegancia en la sutileza.
Al mal tiempo... soluciones efectivas
Con el tiempo, la marca se ha ido haciendo eco de las expectativas y de las críticas de sus clientes, por lo que sus prácticas a la hora de crear, distribuir y atender con un buen servicio han ido mejorando. Pese al aluvión de malos comentarios y sensaciones que generaba esta marca durante los primeros años del siglo XXI, L. K. Bennett se ha ido haciendo cargo de cada uno de los procesos y han acabado por ofrecer una de las mejores experiencias de compra a su público más habitual.
Un alcance cualitativo
Al tratarse de una firma que cuida tanto su aspecto y que trata de vestir a las mujeres con un buen sustento económico, además de ser trabajadoras natas y con un sentido de la moda muy característico, Bennett solo cuenta con algunas tiendas de manera física repartidas entre Reino Unido, Francia, España, los Países Bajos, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos.
La mayoría son europeos ya que la moda con una estética más british no es precisamente fácil de poner o aplicar a todos los campos. Algunas de las tiendas o plataformas que sí que atienden a ese sector de clientes, conocedores de moda y que visten este estilo, son El Corte Inglés o Zalando. Es mediante estas dos grandes empresas por las cuales se pueden encontrar más fácilmente los diseños de la inglesa en nuestro país.
Estilo elegante y sofisticado
La tendencia de moda que propone Linda K. Bennett es la de implantar una estética que se pueda utilizar de diario, adaptada a su vez a cualquier momento del día. Esta se trata de una moda elegante y de lujo, pero a precios más bajos a los que suelen tenernos acostumbrados las grandes firmas de ropa. Es decir, que la media de las casas de alta costura queda muy lejos de la firma británica, aunque sus prendas no son asequibles a cualquiera.
Desde sus talleres artesanales, la casa trabaja con accesorios y zapatos adaptados a todas las líneas que distribuye, para que así se pueda salir con un conjunto perfecto de la firma al completo. Porque desde L. K. Bennett se trata de llevar la estética más cosmopolita de las calles de mayor poder adquisitivo al resto de zonas de las grandes ciudades.
La línea más casual de diario, el conocido como 'ready to wear' en términos anglosajones o es la nomenclatura francesa 'prêt-à-porter', nació en el año 1998 con la intención de intentar abarcar ese espacio del armario dedicado al tiempo libre y personal de sus clientas habituales. Hoy en día se ha convertido en una firma de gran prestigio y reconocimiento, sobre todo muy seguida en su país de origen y con Londres como ciudad cosmopolita que mayores ingresos le aporta.
La visión de la inglesa es la de esforzarse por crear una moda actual, funcional al cien por cien y vestir a una mujer muy femenina. Por lo tanto, intenta abarcar todas las facetas del día a día de la mujer de hoy ya que trabaja con una sección de diario más casual y elegante, mientras que propone trajes o piezas ideales para el entorno laboral de oficina, vestidos preciosistas para las bodas o las ocasiones más especiales y una sección dedicada a las escapadas con amigas o fiestas.
Se apuesta siempre por unas líneas sensuales, pero poco provocativas lo que hace que sus diseños sean ideales tanto para el día a día como para las ocasiones más especiales o el horario laboral habitual. Hay tanto prendas básicas como algunas un poco más elaboradas, pero igual de cómodas y favorecedoras, ideales para cualquier momento. Es el claro ejemplo de que moda funcional y diseño elegante pueden ir unidas en una misma percha.
Por otro lado, algunos modelos son siempre los que marcan un poco más la impronta particular de cada firma, por lo que L. K. Bennett no podía quedarse fuera de este grupo importante. Es así como se reinventan algunos clásicos, añadiendo tanto un colorido distintivo como un corte diferenciado para hacer de cada pieza una nueva prenda fetiche del armario de cualquier mujer a la que le guste la moda de diario.
Cualquiera vista de Bennett
Es una marca igualitaria, ya que viste a todo tipo de mujeres: desde famosas y personajes públicos de referencia, como la Casa Real Británica, hasta las personas trabajadores más comunes y normales que buscan una estética cuidada y elegante. Gracias a su estética tan british, su adaptación al mundo laboral y personal de las mujeres modernas e internacionales se ve reflejado en los conjuntos tan atractivos visualmente.
El mejor ejemplo de influencia inglesa es la Duquesa de Cambridge, Kate Middleton. En varias ocasiones se ha decantado por la firma L. K. Bennett, luciendo algunos diseños de la marca en los actos oficiales más informales o las apariciones en público de diario. Como por ejemplo en la fiesta del té de carácter infantil que se celebró en el Museo Nacional de Historia, al cual acudió con un vestido vaporoso oscuro de seda y con un estampado de flores azules y con detalles blancos.