El nombre de Valentino Garavani es sinónimos de elegancia y feminidad. Una de las leyendas de la moda del siglo XX y principios del XXI sigue teniendo ese empuje y esa fuerza que, tras más de 50 años de vida como casa de lujo sigue demostrando con cada una de las colecciones. Pese a que su fundador original ya no está al frente de su firma homónima, Valentino sigue siendo un referente en cuanto a calidad y estética clásica.
Fue su pronta vocación por la costura la que le hizo viajar desde su Italia natal a la capital de la moda y la luz, París, a los 17 años para seguir formándose en lo que se convertiría en su futuro profesional. Eso sí, no sin antes pasar por el conocimiento en temas de tendencias y moda como la ciudad de Milán, destino al que sus padres le enviaron nada más ver el potencial que un joven Valentino ya demostraba.
Lujo y feminidad en su punto máximo.
El estilo de Valentino es caramente reconocible. La estética principal en la que se desenvuelve se rige por un estado clásico para su marca más espectacular, que es con la cual presenta sus propuestas en las pasarelas más importantes del mundo de la moda. Se considera que su costura es de alta tradición, ya que se estructura a través de volúmenes donde se potencia la cintura del cuerpo femenino, pero con detalles muy tradicionales y escalados.
Lazos gigantes, faldas efecto globo, espaldas escotadas, clavículas al aire o colas de vestidos infinitas son las partes que más se buscan en los estilismos de Valentino. Sobre todo, en sus vestidos largos de fiesta, predominando un efecto ampuloso y de gala. Aunque también son grandes protagonistas sus diseños para los eventos tipo coctel.
Costura de alta tradición.
Un joven Valentino Garavani funda su famosa casa de modas en el año 1959 junto a su socio Giancarlo Giammetti. Ambos eligen la famosa Via Condotti en Roma para empezar una andanza que durará más de 50 años. Una firma que se ha formado a través de la capacidad de devolver la vida a los modelos clásicos, dejando a un lado las tendencias urbanas y sin mezclar sus conceptos claros de distinción y elegancia que tanto le caracterizan.
Hasta el año 2008, cuando el gran Valenino Garavani abandona la dirección creativa de su firma homónima, dejándole las riendas a Maria Gracia Chiuri y a Pier Paolo Piccioli, dos de los nombres que más resuenan hoy en día, pasando primero por la tutela de Alessandra Fachinetti durante el año anterior. Por entonces, ambos estaban al cargo de la línea de joyería y accesorios, que asumirían el gran puesto del diseñador por herencia. Aunque esto duraría unos 8 años más, cuando ya en 2016 se rumorea la salida inminente de Chiuri (confirmado más tarde cuando se anuncia su posición de directora creativa de la firma Dior) para dejar volar en solitario a Piccioli a las riendas de la maison Valentino hasta hoy en día.
La misma fecha en la que Valentino se despedía de la dirección creativa de su firma homónima, el grupo italiano HdP al cual pertenecía desde 1998 se hace con casi la mitad de las acciones de otra de las firmas grandes del momento: Proenza Schouler. Es durante ese cambio radical de manos en las riendas de la maison, cuando deciden dar un paso más allá para empezar a crecer en el mundo del lujo como holding.
El rojo Valentino.
Su estilo puede entenderse solo a través de los grandes modistos contemporáneos de Valentino Garavani. Esto se debe gracias a sus pasos previos por los talleres de las mejores casas de moda durante sus años de aprendizaje junto a grandes de la historia de la costura como los trabajos de Jacques Fath, Balenciaga y Guy Laroche le abrieron las puertas a uno de los sectores con más trascendencia mundial.
De Valentino resalta sobre todo la figura femenina en toda su plenitud. Para sus colecciones principales, lo más habitual es que se decante por un colorido muy rico, pero nunca en absoluto excéntrico. Así como por los tejidos de lujo más exclusivos del mercado, que son muy característicos de las caídas con las que cuentan sus vestidos, simulando en la mayoría de ocasiones un vestuario real de cuento de hadas.
Sus diseños son muy inspiradores y casi siempre tienen una época específica en la cual basar sus patrones y su base creativa. Muchos de ellos recuerdan a la época dorada del cine americano, donde los vestidos de fiesta más exclusivos eran los verdaderos protagonistas de las alfombras rojas. Una estela que se persigue también en las pasarelas desde que abrió su línea de Alta Costura en el año 1989.
Más allá de la leyenda.
Su nombre siempre será sinónimo de lujo, elegancia y feminidad. Pero nunca podrá ir solo, ya que siempre va al lado de otras grandes leyendas de su tiempo, tales como los diseñadores Karl Lagerfeld, Jean Paul Gaultier, John Galliano o Giorgio Armani. Otros hombres que han marcado un antes y un después en la moda de finales del siglo XX, donde marcaban las pautas a seguir de la vanguardia, la rebeldía, la excentricidad o el minimalismo, de manera respectiva para cada uno de los genios anteriores.
Además, su firma siempre estará relacionada con grandes acontecimientos y personalidades. Entre todas ellas destacan mujeres emblemáticas contemporáneas al diseñador como la actriz Elisabeth Taylor, la princesa Lady Di o la Primera Dama norteamericana Jackie Kennedy. Épocas que tuvieron una importancia trascendental en la historia y que estuvieron marcadas por personas como ellas.
Pero más allá de sus tejidos preciosos y de sus creaciones de ensueño, Valentino también cuenta con una línea accesorios y joyería, aunque son sus perfumes los grandes triunfadores en la calle. Unas fragancias que están al cargo de la empresa española aglutinadora de las mejores marcas del lujo en materia de cosmética como lo es Puig. El debut dentro de este grupo fue con la versión de su original Valentino de 1978, Valentina.