Un auténtico viaje a África y a su iconografía, así se puede resumir la propuesta del diseñador Michael Kors para la próxima primavera.
El desfile plantea un discurso muy coherente, sin grandes sorpresas dentro del lenguaje habitual del diseñador. Así, están presentes sus típicos vestidos de escote Diana, los trajes de baño a base de formas geométricas, los tejidos vaporosos... Eso sí, todo ello pasado por el tamiz africano. Esto se traduce en tonos beiges, caquis y naranjas fuego, que recuerdan a los atardeceres del continente en cuestión.
Piezas clave
Para los hombres encontramos saharianas, pareos de carácter tribal, pantalones cargo y sandalias de piel. La mujer se viste de animal print (combinado de todas las maneras posibles) y recurre a prendas de inspiración militar. Se adorna con complementos de aires primitivos, como collares que simulan colmillos animales y huesos en tono marfil. Los tacones quedan fuera para esta fémina aventurera de Kors, que prefiere usar gladiadoras de piel hasta la altura de la rodilla. Como bolso, unas grandes bandoleras cruzan sus cuerpos, con correas hechas en cocodrilo (que también ejercen de complemento para el hombre) y unas riñoneras reinventadas surcan sus cinturas.
La mujer del desierto también necesita abrigarse, y Michael Kors realiza, desde trenchs en animal print, hasta abrigos asimétricos de patrones desestructurados. También hacen su aparición la lana y el punto, en jerseys oversize para la mujer, y más ajustados para el hombre.
Looks de belleza
En un desfile entre lo marcial y lo tribal, no esperamos maquillajes muy elaborados, ni peinados imposibles. Lo práctico impera, y se opta por recogidos en forma de coletas con raya en medio. El maquillaje se orienta a un look muy sutil, que imita los efectos del sol en la piel. El juego de iluminadores, colorete y polvos de sol, crea unos rostros saludables, teñidos de un favorecedor bronceado.
La luz de África, esa tan especial que atrapa a todos los que allí viajan, ha conquistado la colección de Kors.