Tras el desfile de Roberto Verino y el acto de Desigual, las pasarelas de la Mercedes-Benz Madrid Fashion Week han comenzado a mostrar al mundo las colecciones más especiales del otoño/invierno 2017/2018. La primera en hacerlo ha sido la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, que ha dejado boquiabierto a todo el mundo con un show muy festivo y cargado de sorpresas.
Vestido en forma de tarta de Ágatha Ruiz de la Prada otoño/invierno 2017/2018 en la Madrid Fashion WeekSi en septiembre del año pasado prepararon una 'pool party', en esta ocasión la fiesta se torna infantil y sigue transformando en prendas todo lo que se puede encontrar en una celebración, como tartas, donuts, muffins, serpentinas, caramelos y regalos. Momentos antes del desfile, el director del departamento creativo de la marca Javier Carrera explicó todo el desfile y la colección, calificada por él mismo como "espectacular". "Es un desfile que Ágatha Ruiz de la Prada llevaba mucho tiempo queriendo hacer, y es que trabajar con ella es apasionante, es una gran maestra y una gran convertidora. Convierte todo en color, en cosas bonitas y tiene mucha energía".
El desfile se abrió con musica de Alaska, mientras que sobre el escenario desfilaban unas modelos muy sonrientes y festivas. La recreación de un ambiente diferente y divertido, como es habitual en la firma, se vivió desde el front row donde personalidades como Carmen Lomana, Rossy de Palma, Esperanza Aguirre y Fran Rivera, entre otros, disfrutaban de un espectáculo que lleva preparandose desde septiembre de 2016.
La gran fiesta de Ágatha Ruiz de la Prada
Un total de 37 looks han conformado el desfile más cómico de la jornada, una fiesta muy grande donde la vitalidad estaba más que presente. ¿La gran sorpresa? Un vestido dorado que, al llegar al final de la pasarela, se abría dejando salir infinidad de globos en forma de corazón, el sello de identidad de la marca.
Vestido con volumen de Ágatha Ruiz de la Prada otoño/invierno 2017/2018 en la Madrid Fashion WeekEl trabajo de costura y patronaje es muy amplio, y es que todas las piezas están confeccionadas minuciosamente con gran calidad. Los tejidos van desde el terciopelo, seda, crepé y los algodones hasta el glitter y los metalizados, mezclando así varias texturas para crear los volúmenes de los diseños dulces.
Destaca el color rosa sobre el resto, aunque los diseños multicolor simulando serpentina llegan pisando fuerte. Las piezas en forma de tarta gigante, muffins enormes, caramelos y grandes lazos han puesto la guinda a la pasarela, que ha terminado con la propia diseñadora vestida con un look que simulaba auténtico confeti.
