El mundo de la moda actual no es, precisamente, un camino de rosas. Esto no sólo afecta a las firmas de Alta Costura tradicionales que están viendo como los grandes monstruos del 'fast fashion' liderados por Inditex les están comiendo terreno a pasos agigantados en el campo de la confección y la distribución, sino también al aspecto económico de todas ellas. Ahora mismo son muchas las firmas de moda que se están viendo obligadas a cerrar sus puertas, ya sea porque no han sabido crecer en el tiempo y afianzarse o porque sus productos no se han ganado la confianza de los clientes. Forever 21 o MaryPaz han sido algunas de las últimas marcas en anunciar que no están atravesando un buen momento y a ellas se ha sumado recientemente Amichi.
LA SITUACIÓN SE REPITE
La firma catalana nacida hace más de 30 años no consigue remontar el vuelo después de meses buscando un comprador que aporte algo de capital. En 2018, Amichi ya fue adquirida por Black Toro Capital, que invirtió en la empresa 4 millones de euros. Entonces, la firma tenía un objetivo muy distinto a su situación actual y que se basaba en abrir 40 tiendas que sumaría a sus 150 ya existentes y triplicar sus ventas en un plazo de 3 años. Finalmente, parece que la firma no ha podido cumplir sus expectativas y en julio de este mismo año entró en concurso de acreedores. La firma ha comenzado el proceso de liquidación después de pedirlo al Juzgado de lo Mercantil y está tratando de vender el stock que almacenaba de las últimas temporadas.En agosto de este año, la plantilla ya sufrió el primer Expediente de Regulación de Empleo que afectó a 500 trabajadores y que supuso los primeros despidos para algunos de sus empleados. Ahora se enfrentará su segundo ERE con vistas a afectar a toda la plantilla y a raíz del cual se tiene previsto comenzar con el cierre de sus tiendas, que ya han disminuido entorno a 70 establecimientos menos. Se trata de una situación en la que también se ha visto envuelta MaryPaz, la firma de calzado low cost española, después de no poder afrontar la deuda de 100 millones de euros que la compañía tenía con sus acreedores. Casualmente, MaryPaz también es propiedad en un 95% del fondo Black Toro Capital, quien invirtiera hasta 30 millones de euros en intentar reflotar la compañía.