¿Es la sociedad una esclava de la moda? Este polémico debate siempre ha estado latente en una industria en la que siempre se ha hecho mella en su lado egocéntrico, prepotente. E se lado en el que parece que si una persona es seguidora de las últimas tendencias y le gusta estar al día de lo que se lleva ya no tiene personalidad propia. Para muchos, la moda tiene una parte capitalista y el modisto polaco Arkadius se ha querido rebelar contra ello.
Para el diseñador, las grandes marcas promueven el egocentrismo y superproducción y ha querido lanzar una crítica pública contra ello: Ha lanzado una campaña en la que los modelos han posado en cueros, como crítica a la frivolidad que según él, en muchas ocasiones está latente en este mundo. A través de este proyecto ha querido plasmar una postura anticapitalista con respecto a este sector.
Desde los orígenes de su línea, Arkadius ya comenzó a seguir una línea en la que demostraba claramente su desacuerdo con esta industria, haciendo declaraciones como la siguiente: 'La base mi estilo es una empática rechazo a la crueldad de una industria que usa a la gente. Una industria que somete a los diseñadores a una cantidad inhumana de trabajo. Una industria que abarata la mano e obra en los talleres clandestinos para producir más y que los consumidores gasten menos.'
¿Somos esclavos de la moda?
En la novedosa campaña, tanto hombres como mujeres han sido inmortalizados desnudos por el fotógrafo Pawel Tkaczyk portando 'prendas invisibles'. El modisto afirma que el problema del sistema actual es que 'Está dirigido por corporaciones avariciosas y no por la creatividad.' En las fotografías que ilustran su última iniciativa, el polaco ha querido buscar la humanidad frente a la ostentosidad de la moda.
Es cierto que como toda industria, la moda tiene su parte negativa. El prototipo de belleza extremadamente delgada que se fomenta sobre la pasarela cada año quizá no sea el mejor ejemplo a seguir.
Sin embargo, la parte frívola que tiene el sector de la moda es muy subjetiva. Cada persona es libre de vestir y enfundarse las prendas que quiere. Que una persona quiera seguir las últimas tendencias porque es seguidor de este mundo y se sienta a gusto vistiendo con el último grito en moda no es necesariamente una esclava de la industria. Todo depende de la actitud con la que decidas tomarte este mundillo, en ocasiones muy complicado.