Ya lo dijo Gigi Hadid como una premonición antes de que su hermana Bella llegase a Cannes porque -seguramente- sabía lo que se venía: " Si va a hacer algo es subirse a un avión y salvar la alfombra roja de Cannes... Año tras año ". Y así fue. La supermodelo llegó al festival de cine con un armario para las alfombra rojas que iba a ser icónico gracias al buen hacer estilístico de Law Roach, el icónico estilista que convirtió a Zendaya en un auténtico icono. Y ahora lo está haciendo con Bella Hadid.
En su primer apareció la modelo ya hizo toda una declaración de intenciones al lucir un vestido de la colección primavera/verano de 1987 de Versace, es decir, un diseño original de Gianni. Y es que si algo caracteriza al trabajo de Roach es tener el poder suficiente para conseguir entrar en los archivos de las firmas más importantes de la industria y encontrar el vestido perfecto para la ocasión, marcando así la diferencia entre sus clientas y cualquier otra invitada del evento.
Pero este no fue ni el único ni el más llamativo de la semana. Después de Versace llegó el turno de Chanel. Para una de las fiestas organizadas por la firma de joyas Chopard, quien además patrocina el viaje de la menor de las hermanas Hadid a Cannes, el look era diseño de Chanel del año 1986 diseñado por el también fallecido Karl Largerfeld.
Y luego llegó el turno de Gucci. Bella Hadid lució en otra de las alfombras rojas uno de los vestidos más icónicos de la era Tom Ford para la firma, concretamente un vestido largo blanco con una abertura en la cadera por la que asoma un hebilla dorada de una de las colecciones de 1996. Esta pieza, tal y como recogen en medios como Vogue, es una de las más difíciles de encontrar y muy pocos cuenta con ella en sus archivos. De hecho, este pertenece a Lab2022, que cuenta también con prendas de archivo de YSL.
El vestido de la polémica
Pero no hay nada que marque más un look que una polémica y el estancia de Bella Hadid en Cannes no estuvo exenta. Para otra de las fiestas organizadas por Chopard, Bella Hadid volvió a lucir un vestido del archivo de Versace, esta vez uno de la colección otoño/invierno 2001. Y aunque Law Roach fue el que consiguió llegar a él, lo cierto es que la modelo había tenido la idea de lucirlo gracias a otra conocida amante de la moda, Kim Russell.
Conocida por recuperar y postear en las redes sociales looks icónicos del pasado, fue a finales del mes de abril cuando esta compartió en su perfil de Instagram unas fotografías de Rhea Durham luciendo este mismo vestido de Versace. Por aquel entonces, esta ya se imaginó a Bella Hadid con él y la etiquetó en la publicación. Una propuesta que la modelo vio más que interesante y así se lo dejó claro en los comentarios: " Lo rápido que he hecho un pantallazo después de que me etiquetaras. Sí, estoy de acuerdo. Vamos a buscarlo ".
Y, por lo visto, así fue. En cambio, a Russell no le hizo especial ilusión cuando lo vio porque Law Roach, el estilista de la modelo, lo publicó en su perfil de Instagram llevándose todos los méritos del look, y Russell rápidamente hizo un post incendiario en su cuenta de Instgram contando lo que había ocurrido. Luego lo borró, pero la guerra ya se había abierto. Luego pidió perdón y reconoció que en ningún momento quiso cuestionar la profesionalidad del estilista y de la modelo, algo de lo que este mismo presumió luego en su perfil de Instagram compartiendo también las palabras de Russell.
Pero a Law Roach no le salió ileso esta polémica. Y es que mucha gente no dudó en recordarle un momento similar en el que él mismo también denunció públicamente que no se reconociera su trabajo. Fue durante el festival de Venecia en el que vistió a Anya Taylor-Joy con un conjuntos rosa fucsia de Dior. Por aquel entonces, la firma compartió las fotografías de la alfombra roja, pero en ningún momento hicieron mención del estilista, algo que a este no le sentó nada bien y así lo denunció en sus redes.