Chanel ha vuelto a la carga con una creación milleannial que ha hecho del Grand Palais un auténtico escenario tecnológico. El gran tributo que ha hecho Karl Lagerfeld con su colección primavera/verano 2017 se ha convertido en una cascada de diseños que han combinado la esencia millennial con la historia que envuelve a la maison de los años cincuenta. La firma parisina ha logrado que el Grand Palais brille como nunca, una oportunidad en la que Chanel ha vuelto a generar furor con un espectáculo peculiar e inesperado.
Karl Lagerfeld saludando después del desfile de Chanel en la semana de la moda de ParísY es que este año 2016 ha supuesto para la maison todo un movimiento de novedades. Tras el lanzamiento de Chanel Nº5, un perfume que a pesar de su historia ligada a la firma se ha transformado en la gran sorpresa para la industria con su nuevo aroma. Un círculo que envuelve a una generación más bien ligada a las bases de datos, redes cibernéticas y todo un mundo infinito como es el de la red, siendo esta la excusa perfecta para enfocar un nuevo foco de mercado.
La visión futurista así como la conexión cibernética han sido los componentes protagonistas que han hecho del desfile de Chanel un espacio basado en el Big Data. Esta estética que, bajo el sello impecable de Karl Lagerfeld y las ateliers de la maison, ha generado una colección que ha tenido presente líneas rectas y una estructura textil más bien uniforme.
Abrigo a cuadros en colores fluor durante el desfile de Chanel en la Paris Fashion Week 2016El tweed, auténtico protagonista
La estética y los detalles han estado presentados con especial cuidado, muy propio de la actitud de Chanel, siendo las perlas y brillantes algunas de las sorpresas que han acompañado a los diseños. En cuanto a los tejidos, muchas versatilidad. Sin embargo y lejos de renunciar a su legendaria historia, Chanel ha hecho que su memorable tejido tweed se convierta en el verdadero protagonista de un desfile regido por un ambiente futurista.
La combinación de la elegancia clásica con pequeños toques del streetstyle ha hecho que la fusión que ha ofrecido Karl Lagerfeld sea una opción ganadora para una consumidora millennial. Colores pasteles en su mayoría y tonalidades cálidas a través de estampados han envuelto al desfile, siendo el rosa cuarzo el más llamativo de todos.
En esta nueva apuesta de la maison también hay sitio para propuestas rompedoras, donde las camisas de manga corta con acid prints han encontrado un lugar muy afortunado dentro de la colección. Y es que Chanel tal y como la conocemos está cambiando, una evolución paulatina que no olvida sus raíces pero sabe cómo adaptarse a un futuro prometedor.
