Kardashian ha confesado que no sabía qué vestido ponerse, de los tres que tenía preparados, para subir al altar. Finalmente eligió un diseño de corte princesa con una voluminosa falda de tul y ajustado corpiño cubierto de encaje Chantilly. El amplio velo, sujeto gracias a la diadema joya de Lorraine Schwartz que rodeada su frente, lucía el mismo encaje fruncido en su parte inferior. "Era Cenicienta. Pero Cenicienta con un cuerpo muy sexy. Tiene un tipo de cuerpo muy a lo Liz Taylor o Sofia Loren y no queríamos perder eso", aseguró Vera Wang a People.
Dos trajes para la fiesta posterior
El segundo traje que vistió, y su favorito de los tres, era un sensual diseño de corte sirena formado por un corpiño con los mismos apliques que el traje anterior, seguido de una ajustada falda que terminaba en decenas de volantes decorados con encaje Chantilly y pétalos de organza. Un diseño con aires flamencos acompañado del mismo velo que lució en la ceremonia.
Llegada la parte final de la celebración y a punto de comenzar la fiesta menos almidonada, Kardashian sacó su lado más sexy con un vestido liso de satén con escote pico que ganaba volumen a partir de la rodillas gracias al corte sirena. "Fue un proceso maravilloso. El hecho de que viniera a mí para tener cierto clasicismo mezclado con modernidad me hace sentir muy honrada", ha confesado la diseñadora, toda una magnate del mercado nupcial.