La runway de Loewe consiguió transportar hasta el más a escéptico a un mundo paralelo. Los tejidos y estampados cobraron protagonismo bajo las asimétricas figuras minimalistas, siendo este desfile todo un desglose de líneas clásicas y tradicionales. En esta ocasión, Jonathan Anderson ha cautivado a un público que se ha dejado llevar por la armonía de los colores neutro, aunque con algún guiño a la liberación del color, con tonalidades anaranjadas y derivados del rosa.
En este espectáculo no solo han sido las piezas asimétricas las únicas encargadas de hipnotizar a través del estilismo de Jonathan Anderson, sino que los impecables accesorios con el sello Loewe también cautivaron por completo. La idea estaba clara y el diseñador lo transmitió a través de un desfile con cada uno de los detalles cuidados y expresados con la más mínima delicadeza. Los movimientos firmes y los aires que recordaban a la época pictórica hicieron del desfile un espectáculo en el que la silueta femenina se evaporó junto a un guiño dramático.
Spring/Summer Loewe
Aunque la propuesta textil no dejó a nadie indiferente sí es cierto que no olvidó la línea tradicional de la firma. Y es que los encajes, volantes y los cortes al bies también brillaron por su presencia, aunque fusionados con un toque volátil como piezas envueltas en proporciones exageradas.
Más lejos de regirse por una línea clásica del espíritu femenino, el diseñador de Loewe ha ofrecido una romántica iniciativa a través del histórico amor de las mujeres por el tesoro dorado. Accesorios, estampados y algún que otro detalle durante el desfile se dejó seducir por esta imponente y pictórica tonalidad, siendo los bolsos los encargados de dirigir el dorado en la mayoría del desfile.