Camila Anastasia Gallardo Montalva, ahora conocida artísticamente como Cami, saltó a la fama en 2015 cuando alcanzó el segundo puesto en la edición chilena de 'La Voz'. No fue hasta 2018 que sacó su primer álbum de estudio, 'Rosa', y con el que empezó a cosechar un éxito que no haría más que ir en aumento en cuestión de poco meses. La joven colaboró con una infinidad de artistas tanto de su país natal, Chile, como de otros de habla hispana (Pablo López, Sebastían Yatra, Alba Reche, Morat, Antonio Orozco, son algunos de ellos).
Este consistía en un original diseño en palabra de honor con efecto corsé en el torso y una falda muy, muy mini rematado con unos falsos ligueros. Lo llamativo de este era que estaba fabricado en un tejido traslúcido en color nude, con las tiras del corsé en un gris metalizado y un estampado como si el diseño todavía estuviese compuesto por los patrones que las costureras usan para luego elaborar un vestido con muchos más ornamentado. Esta lo combinó con un par de pendientes en color plata, un choquer en terciopelo negro de Dior con el mensaje 'J'ADIOR' y un collar un poco más largo de pedrería.
Nicki, más recatada que Cami
No fue hasta febrero de 2020 (concretamente el día 4) que Nicki Minaj apareció en las redes sociales luciendo el mismo vestido. Sorprendentemente, la rapera lo vistió de una forma más discreta (dentro de lo que cabe) superponiéndole al mini vestido un camiseta de malla translúcida en el mismo color nude y con algún que otro estampado al estilo patrón. Eso sí, Minaj lo combinó de una forma más arriesgada con una peluca larga en color rojo a juego con algunos detalles del vestido, un gafas de sol y unos zapatos de salón de charol.Sin duda un complicado y arriesgado diseño que ambas han sabido defender a la perfección y que ha demostrado que, en lo que a gustos estilísticos se refiere, ambas cantantes comparten más de lo que se creía. Porque aunque parezca sorprendente, ambas es guían por la misma máxima a la hora de escoger looks para la la alfombra roja: sexualidad a base de patrones, cortes excesivos y cut outs que permitan enseñar piel. Una máxima que, por cierto, ambas saben defender perfectamente.