Desde que dio comienzo la Semana de la Moda de Nueva York han sido muchas las controversias que le han acompañado, como la baja de numerosos diseñadores de gran prestigio que han emigrado a otras localidades. Los cambios han ido de la mano de estas jornadas, pero algunos han sido muy bien recibidos.
Es el caso de Carolina Herrera, quien para presentar su nueva línea de ropa apostó por escoger un lugar que nunca antes se había convertido en sede de un desfile: el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), uno de los más relevantes de todo el planeta. Así, la diseñadora venezolana se ha convertido en la primera en mostrar una colección en este idílico lugar en el que la vegetación jugó un papel muy importante con los jardines de Abby Aldrich Rockefelle.
Además de la localización del show, Carolina Herrera decidió cambiar el horario de su desfile ya que en vez de elaborarse por el día se trasladó a la oscura noche neoyorquina. En el front row los invitados, como Nicky Hilton o Anna Wintour, disfrutaron de una puesta en escena única e idílica que rompió en una oleada de aplausos al finalizar la pasarela.La primavera/verano 2018 de la firma no ha defraudado a nadie, y es que iba en perfecta sintonía con el decorado. Por si esto fuera poco, Herrera ha demostrado vencer a las supersticiones apostando por el color amarillo como el enorme protagonista de una colección que dará mucho que hablar.
Una colección de ensueño
Siendo una de las más esperadas de la New York Fashion Week no es de extrañar que la diseñadora haya vuelto a lucirse como solo ella sabe. Los vestidos, faldas y camisas con un gran carácter femenino se tiñen de las tonalidades más vivas , como el lila o el rosa, sin olvidar los tejidos metalizados y los neutrales negro y blanco.
Los lunares y el estampado de rayas son los prints más utilizados para dar vida a la colección, aunque las recurrentes flores volverán una temporada más a los armarios de todo el mundo. Para la marca, las siluetas de la próxima época estival son muy marcadas, con un gran ajuste en la cintura. Cabe destacar los brillos y las telas vaporosas, que ponen la guinda a una de las colecciones más especiales del mundo, una llamativa ensoñación.