El segundo desfile bajo la dirección creativa de Simons se posiciona como uno de las entregas más aventureras de Calvin Klein. La colección cuenta con toda clase de chaquetas de bombero, tanto para hombre como para mujer, muchas de ellas con rayas reflectantes.
La ropa es un claro reflejo de la vestimenta americana de pradera, incluyendo volantes, botas de vaquero, cuadros escoceses al estilo granjero, tejidos de ganchillo e incluso colchas. El principal complemento de los looks eran las botas de goma y los pasamontañas tejidos a mano.
Los vestidos también tenían patronajes variados, algunos con gasa de patchwork y otros cortados en estilo plaid pastel. Las faldas, en su mayoría de estilo pradera, barrían la pasarela combinadas con suéteres negros y abrigos masculinos oversize.
Las palomitas de maíz inundaron el suelo
El desfile se desarrollaba sobre una gran capa de palomitas de maíz, que celebrities como Nicole Kidman, Cindy Crawford y Margot Robbie han tenido que atravesar para llegar a la primera fila de los asientos. Pero no sólo eran las famosas las que tenían que esquivar palomitas, sino también las modelos que desfilaban por la pasarela. Por lo demás la decoración se llenaba con fotografías de Andy Warhol y esculturas de Sterling Ruby que colgaban de andamios que figuraban en el frontal de la pasarela.
Las piezas metálicas de plata eran la gran innovación de esta pasarela, como los guantes de plata hasta el codo de apariencia moderna, además de el cuello de tortuga en las camisas abotonadas. En algunos conjuntos las modelos lucían bolsas de papel con palomitas agarradas con el brazo, en ocasiones con las iniciales de la firma de ropa estadounidense.