Bill Gaytten continúa al frente del equipo de Dior hasta que el fichaje del próximo diseñador (sea Marc Jacobs o no) se haga oficial. Y tras las críticas que suscitó su colección de alta costura, Gaytten ha preferido bucear en los archivos de la casa para reinventar sus infalibles clásicos. Bien pensado, y aunque el desfile no haya presentado prendas espectaculares, es una sabia decisión.
Yendo a lo seguro, Dior presenta de nuevo la chaqueta Bar, icono de la casa, esta vez actualizada al superponerla a cuellos camiseros (elemento tendencia en todas las firmas para la próxima primavera). Las chaquetas se combinan con faldas en A y otras de silueta recta, unas en organza y otras, más rotundas en cuero. En los vestidos domina el wrap dress, enroscándose al cuerpo para crear un movimiento, que se ve acentuado gracias a la ligereza de la tela. Estos diseños se adornan con estampados y piedras bordadas a manera de mosaico. Los colores se mueven entre el clásico negro y rojo anaranjado, suavizados por el nude, gris y azul empolvado.
Transparencias para la noche
Entrando en el terreno de los gowns, sin duda las salidas que más expectación despiertan en un desfile de Christian Dior, la casa continúa por la misma línea de cero riesgo. De este modo, se presentan vestidos muy vaporosos y femeninos, con cierto toque lencero propiciado por las transparencias. Las siluetas se relajan, marcando sólo la cintura, y confiando el resto del cuerpo al movimiento de la tela. Como elemento diferenciador, podríamos destacar que dentro de las opciones para la noche, encontramos no sólo vestidos, sino largas faldas combinadas con cuerpos semitransparentes en color negro.
En los looks de belleza nuestra atención está captada por el rouge de labios, que no puede faltar en el desfile, por ser el color favorito de Monsieur Dior. Ciertamente no está de más, y es que un rojo tan encendido aviva cualquier rostro y supone un golpe de efecto. Sencillos recogidos y coquetos sombreros terminaban de adornar a unas modelos subidas a unas altísimas sandalias. Y el último elemento de todo desfile de Dior que se precie, es la reinvención de su buque insignia, el bolso Lady Dior. En esta ocasión el cannage, su elemento inspirador, se hace más tangible que nunca, presentándose físicamente.