El momento llegó. Después de hacerse de rogar, la colección de Louis Vuitton fue mostrada a los asistentes de la última jornada de la Semana de la Moda de París, que aguardaban ilusionados a que las inéditos y renovados diseños del universo de la firma francesa comenzaran a fluir sobre la pasarela.
La emblemática Fundación Louis Vuitton fue el lugar elegido para que modelos como Liya Kedebe presentaran la exhibición de talento de Nicolas Ghesquière, diseñador de la firma. Y así fue. El cuero en todas sus versiones nos trasladó a lo que muchos piensan que será nuestro mundo en el futuro : un lugar rebosante de tecnología y digitalización, donde el look rockero con toques metalizados será el más común entre las personas.
El cuero: en todas sus formas y versiones
Bikers negras y moteras, con cremalleras o patchwork, negras o combinaciones de colores. Esta será la prenda amuleto para las mujeres a partir de la próxima primavera. Tachuelas, pinchos y transparencias en bolsos de formas cuadradas, chalecos o faldas también fueron componentes que añadían más toques cañeros al desfile.
Las prendas con perforaciones formando sensuales telas de rejilla, los zapatos con piel de serpiente y el negro y plateado como colores predominantes hacían de que los outfits transmitieran fuerza y personalidad. También se pudieron ver agresivas sandalias con plataforma y estampados que recordaban a las fotografías que en ocasiones nos dejan los satélites que flotan en el espacio.
Sin embargo, Ghesquière no descuidó la feminidad de los conjuntos. Transparencias, minivestidos brillantes y abombados y de corte más largo con apliques se incorporaron a la ecléctica colección.
Rostros conocidos como el de la fiel directora de Vogue Anna Wintour o la mundialmente reconocida modelo Miranda Kerr no quisieron perderse un show como este, que definitavamente no se ve todos los días.