Cuando Christian Dior abrió su Casa de Alta Costura en octubre de 1946, después de concluir la Segunda Guerra Mundial, tenía 41 años y ya había acumulado una gran experiencia y sabiduría a sus espaldas. Nacido en una familia adinerada de Francia, sus padres costearon sus estudios en Granville (Normandía), lugar donde adquirió cierta sensibilidad con las artes plásticas y el mundo de la moda. Tras abrir una galería de arte en el centro de París, se formó como diseñador y modisto en Lucien Lelong. Su formación académica y profesional moldearon su persona y gustos refinados y exquisitos. En un contexto de privación y profunda recesión tras la guerra, Dior se propuso empoderar a la mujer con el retrato elegante e intimista del que se le había privado. En solo diez años y con la sombra de Coco Chanel sobre su tejado logro revolucionar las convenciones de elegancia y sofisticación con diseños nunca antes vistos.
Se propuso ser el arquitecto encargado de moldear sobre el cuerpo de la mujer y ofreció su visión de belleza más convencional y convencionalista. Una visión que se tradujo finalmente en sinónimo de lujo francés en todo el mundo. Febrero de 1947 fue la fecha en la cual el modisto presentó su primera colección. Todo París se envolvió en un halo de expectación y nerviosismo, bajo una escultura atemporal que moldeaba el cuerpo de la mujer: el 'New Look'. Colecciones minuciosamente dirigidas por el maestro hasta su fallecimiento construyeron el legado que la Casa Dior defiende y cuyos directores creativos reinterpretan temporada tras temporada con el fin de preservar un atuendo atemporal y una actitud firme que se rinde a la elegancia. Un legado que ahora gestiona la diseñadora Maria Gracias Chiuri, quién subió diseños extravagantes a la pasarela Cruise y los cuales no defraudaron. Para la colección Cruise Dior 2020 la diseñadora italiana y su equipo de diseño y confección inauguraron un desfile de ensueño en un entorno excepcional, el Palais Badi de Marrakech.
Y COMO BROCHE FINAL, UNA ACTUACIÓN DE DIANA ROSS
Y lo logró, claro que lo logró. El director artístico llamó a Anne Grosfilley, una antropóloga especializada en tejidos y moda de origen africano, para obtener una visión más objetiva y clara sobre todos los diseños. Grosfilley ayudó a recabar telas y reinterpretar los motivos de Dior con Uniwax, un fabricante local de Costa de Marfil. Se lograron varias piezas en cera 100% africana, elaboradas con algodón cultivado, impreso e hilado en África. La labor artesana juega un papel preponderante en la confección de los diseños y la silueta se moldea con las texturas y relieves autóctonos. Una combinación de materiales exóticos tanto pesados como ligeros. Tafetán, lana y seda en distintas combinaciones de color. Los estampados dan vida a la colección a través de motivos florales como palmeras y especies endémicas. A través de varias colaboraciones, Chiuri ha tenido como objetivo demostrar que no se trata de un espectáculo sobre la explotación de la cultura marroquí, sino de una celebración histórica y cultural de la belleza de Marruecos.