Cuando Christian Dior abrió su casa de alta costura en octubre de 1946, después de concluir la Segunda Guerra Mundial, tenía 41 años y ya había acumulado una gran experiencia y sabiduría a sus espaldas. Nacido en una familia adinerada de Francia, sus padres costearon sus estudios en Granville (Normandía), lugar donde adquirió cierta sensibilidad con las artes plásticas y el mundo de la moda. Tras abrir una galería de arte en el centro de París, se formó como diseñador y modisto en Lucien Lelong. Su formación académica y profesional moldearon su persona y gustos refinados y exquisitos. En un contexto de privación y profunda recesión tras la guerra, Dior se propuso empoderar a la mujer con el retrato elegante e intimista del que se le había privado. En solo diez años y con la sombra de Coco Chanel sobre su tejado logro revolucionar las convenciones de elegancia y sofisticación con diseños nunca antes vistos.
"¿Y SI LAS MUJERES GOBERNASEN EL MUNDO?"
Judy Chicago ha vuelto a acaparar la atención del desfile, convirtiéndose en la protagonista del show que tuvo lugar hace a penas unas horas en París. Para el evento, su directora creativa ha querido contar nuevas historias y se ha aliado con Chicago. Pintora, escultora, educadora y pionera del arte feminista en Estados Unidos. La artista es conocida por sus grandes dotes decorativas e instalaciones sobre imágenes de nacimiento y creación, las cuales explican y diseminan el papel de la mujer en la historia universal, poniendo sobre la mesa asuntos tan delicados como el machismo y la lucha de clases. Una preocupación que se vertebra en el escenario donde se ha reproducido el desfile de Dior, el museo Rodin de París. De nuevo, la artista ha querido exponer la importancia de las diosas, en ocasiones, criminalizadas y demonizadas por el sexo masculino y eclipsada por el papel de los dioses. Diosas que se funden con el estupor de la Madre Naturaleza, de ahí el fundido de la moqueta con arboles y flores, sobre la que han desfilado un carrusel de modelos y mujeres empoderadas y con mucho estilo.
La diseñadora, quien desde sus días en la casa de modas Valentino ha tenido un ojo astuto para colocar y diseñar accesorios, cinceló cada propuesta con diademas doradas y grandes pendientes de perlas. Ella señaló una conexión entre la estética de la diosa y los estandartes feministas de Chicago, y dijo que "llevar los puntos de referencia del poder femenino en el pasado a una nueva generación" ha sido el corazón del trabajo de la artista. De nuevo, el desfile organizado por Chiuri también se ha sumado a la lucha contra el cambio climático y el medio ambiente; de hecho, como ya ocurrió hace unos meses, será el colectivo Coloco el que se encargará de volver a replantar los árboles del desfile en diferentes zonas del centro de París.