Habría que remontarse a 2018 para entender como una marca como Dolce & Gabbana acabó demandando a una simple página de Instagram cuya finalidad es acusar las injusticias que ocurren en el mundo de la moda. Fue en ese año cuando la conocida casa italiana publicaba una serie de vídeos promocionales que formaban parte de la campaña #DGLovesChina con la que intentaban abrirse camino en el mercado asiático. Esta se culminaría con un desfile de la firma en Shanghái.
La Polémica campaña #DGLovesChina
Uno de estos vídeos consistía la modelo asiática Zou Ye intentando comerse una pizza con palillos chinos, unas imágenes que ridiculizaban de manera evidente la cultura asiática, a pesar de que la campaña se lanzaba para todo lo contrario. Esto generó un sinfín de comentarios negativos en redes sociales en contra de Dolce & Gabbana. Una mala imagen que hizo más que ir a peor cuando Diet Prada publicó en su conocida cuenta de Instagram una serie de mensajes privados enviados desde la cuenta de uno de los diseñadores, Stefano Gabbana, todos ellos de índole racista hacia la comunidad asiática. Ante el revuelo que todo esto generó, finalmente la firma italiana se vio obligada a cancelar de manera abrupta el desfile que tenían previsto realizar en China.
Desde entonces, los fundadores de Diet Prada han estado batallado en secreto como una demanda interpuesta por los diseñadores de Dolce & Gabbana en la que se les hacía responsables de todas las pérdidas que la propia marca había tenido desde entonces. Por este mismo motivo, inicialmente se les reclamaban 3 millones de euros para la propia firma Dolce & Gabanna y 1 millón para Stefano, todo en calidad de daños y perjuicios a raíz de la polémica. Una cuantía que, desde entonces, se ha ido aumentando hasta llegar a los 600 millones de dólares.
Ahora, 3 años después de aquel revuelo, la polémica volvía a salir a la luz después de que los dos fundadores de Diet Prada, Tony Liu y Lindsey Schuyler, hiciesen público a través de su cuenta de Instagram que llevan desde 2019 en una batalla legal con los diseñadores después de que estos interpusiesen contra ellos una demanda haciéndose únicos responsables de todas las pérdidas
Tal y como ha explicado para Associated Press Susan Scafidi, Directora de Fashion Law Institute, una organización sin ánimo de lucro encargada de la defensa de los responsables de Diet Prada, la firma de moda reclama en el momento en el que se ha hecho pública la demanda unos 450 millones de euros por los gastos ocasionados por la recuperación de la imagen de Dolce&Gabbana a raíz de la polémica, una cifra a la que se le sumarían los 3 y 1 millón de euros respectivamente de la demanda inicial. También se añadieron unos 8,6 millones de euros por la cancelación del desfile en Shanghái; y otros 89,6 millones por las pérdidas en ventas que estimaban tener en el mercado chino a raíz de la campaña.
Ante este desolador panorama, desde Diet Prada aseguran que esta demanda es "una amenaza contra nuestra libertad de expresión" y, concretamente, contra una "pequeña empresa cofundada por una persona de color que trata de hablar en contra del racismo en nuestra propia comunidad". Para seguir adelante con esta batalla judicial, desde la firma han abierto también un crowfounding para recaudar dinero ya que, si bien el Fashion Law Institute es una asociación sin ánimo de lucro, estos están trabajando con el bufete de abogados italiano AMSL Avvocati que se ha ofrecido a llevar su defensa en el país de la bota por un precio reducido, pero al que aún así tienen que hacer frente.