La gala de los Brit Awards 2019 celebrada en el estadio O2 Arena de Londres se ha convertido en un desfile de celebridades, entre las que ha habido muchas que han acertado en sus estilismos, pero otras que no tanto y que han dado paso a looks que han sido verdaderos desastres.
Pomposo desmedido
Dua Lipa ha sido una de las invitadas que más miradas ha conseguido acaparar en la alfombra roja de los Brit Awards celebrados en el estadio O2 Arena de Londres, y no, no lo ha hecho por un estilismo acertado. La cantante, una de las que mejor está posicionada en el panorama internacional, no es que haya acertado con el estilismo elegido para la gala.
Para una ocasión tan especial como esta, la cantante ha elegido un body de encaje de color negro con un gran escote anudado en la parte central. Hasta ahí el look era más o menos asequible, pero la cosa se ha torcido después de que incorporara una falda de color fucsia abollonada que no le favorecía en absoluto. Para completarlo, llevaba unas sandalias básicas de color negro y su característica melena midi que tanto le favorece. Por otro lado, los completos sí que han sido acertados, incorporando muchos anillos y con una manicura perfecta y bastante llamativa.
Mucho encaje poco original
Florence Welch, una de las nominadas de la noche a Mejor Artista Femenina, no es que haya acertado con su estilismo, que por cierto fue bastante sobrio y poco original. Para esta ocasión eligió un vestido largo de color beige que nada destacaba con su tono de piel.
El encaje se ha convertido en el gran protagonista de su look, sin embargo, el vestido no le favorecía en absoluto porque era demasiado cerrado y sin incluir ningún color que lo hiciera algo más especial. Con el cuello cerrado y unas grandes mangas acampanadas y largas, ha preferido no incluir algún complemento para darle un toque especial. Para completarlo, dejó su pelo suelto y desenfadado.
Ajustado y sin gracia
Poco ha dejado a la imaginación Montana Brown y es que ara los Brit Awards ha elegido un conjunto que ha llamado especialmente la atención y no por ser bonito y original. La cantante ha apostado por el color beige, sin embargo no ha sido la sencillez lo que más ha resaltado de este estilismo que a priori, o al menos de frente, puede ser aceptable.
Bajo una tul fina y ajustada también de color beige de manga larga llevaba un body del mismo color muy ajustado y escotado, apretando más de la cuenta su pecho y siendo muy poco favorecedor, con una zona bastante marcada en la zona de la barriga. Por otro lado, el body ajustado dejaba su trasero al descubierto dejando poco a la imaginación bajo el tul. Para completarlo, ha elegido unas sandalias sencillas de color plateado.
Desmedido
Laura Jackson y su vestido han sido de los looks peor valorados de la gala de los premios musicales. Lo cierto es que puede que a primera vista parezca que ha apostado por la sencillez, pero añadir unas mangas tan excesivas ha sido la gota que ha colmado el vaso. Su vestido de color blanco no es que sea muy favorecedor, ya que no se aprecia nada de su silueta y las mangas abultadas no ayudan.
Los complementos que ha elegido eran de color rojo, con grandes pendientes y una diadema que le daba un toque más angelical más allá de un look bastante desastroso. En contra al blanco, ha elegido unos zapatos cerrados de tacón de color negro, algo pasados de moda y que poco tenían que ver con el vestido que llevaba.
De susto
El diseñador de moda Daniel Lismore ha conseguido camuflarse tras un diseño propio durante la gala. Sin duda alguna ha sido la persona que más atención ha acaparado porque realmente no se sabía de qué iba vestido. Para muchos recordaba a un disfraz muy futurista aún por definir, y es que su estilismo recuerda mucho a la Lady Gaga de antaño.
El color naranja y el rojo han sido los grandes protagonistas de un look que ha incorporado el color dorado. Además de telas sueltas y sin sentido, lo que más ha acaparado las miradas ha sido el complemento que llevaba en la cabeza que es bastante difícil de definir. No se puede hablar de nada en concreto, porque ni era un casco ni una corona, ya que tras él se veía su rostro.