Pero para rastrear esta nueva moda debemos hacer memoria y viajar hasta el pasado mes de mayo, cuando Madonna hacía su aparición en la Gala del Met con un vestido azul de Stella McCartney, que llevaba los costados y la cola adornados por grandes estrellas. Y como todo lo que toca la ambición rubia se convierte en oro, a partir de ahí hemos asistido a una obsesión por el estampado estelar.
Diseñadores
Dolce & Gabbana han sido los mayores responsables de llenar los armarios de estrellas con su colección de otoño/invierno 2011, que a su vez está llena también de reminiscencias de la Madonna más ochentera. En su desfile vimos este estampado en todo tipo de prendas, faldas lápiz, vestidos de noche, de cocktail... cualquiera es buena para adornarla con estas formas, que además se presentaban en diferentes colores, siendo el más llamativo el amarillo combinado con el negro.
Pero Miu Miu tampoco se ha resistido al encanto de las estrellas, aunque en una versión de tintes más rockeros, como veíamos en su colección para esta primavera. En su caso, la protagonista suele ser una sola estrella, de grandes dimensiones y formas asimétricas, pero también aplicada a todo tipo de prendas, incluso llegando a adornar bolsos.
¿Quién lo lleva?
¡Todo el mundo! En las últimas semanas no ha habido ni una sola alfombra roja que no haya contado con al menos un vestido de estrellas. Fergie en los Teen Choice Awards, Rose McGowan en los VH1 Do Something Awards, Olivia Wilde durante la after party de la premiere de 'El cambiazo', Alexa Chung en su show de televisión, o la mismísima Kate Moss para celebrar su cumpleaños. Ninguna ha querido quedarse fuera de esta tendencia, que indudablemente aporta una visión muy divertida de la moda.
En la vida real
Es muy fácil adaptar esta tendencia a nuestro quehacer diario. Si no nos atrevemos a llevar un total look como el de las famosas, podemos combinar una camiseta de estrellas (en Mango o Topshop se encuentran fácilmente) en un color llamativo, con unos jeans discretos, o una falda en colores básicos como negro o nude.
La clave está, como siempre, en encontrar el equilibrio y no excedernos.