Los diseñadores Dolce & Gabbana en la Semana de la Moda de Milán 2011 La Fiscalía de Milán ha solicitado una condena de dos años y medio de prisión para los dueños de la firma Dolce & Gabbana por una supuesta evasión fiscal de aproximadamente 1.000 millones de euros. Fue Gaetano Ruta, el fiscal de Milán, quien pidió esta condena en el juicio por un supuesto delito de omisión en la declaración de la renta.
En el caso están imputadas otras cinco personas: los administradores del grupo Alfonso Dolce, Cristina Ruella, Luciano Patelli, Giuseppe Minoni y Antoine Noella, este último absuelto. Al parecer, crearon una sociedad de la firma con sede en Luxemburgo llamada Gado y que figuraba como dueña de algunas marcas que forman parte de la casa. Sin embargo, la fiscalía descubrió que en realidad esta sede se gestionaba desde Italia gracias a una investigación que lleva realizando desde 2007.
Dolce & Gabbana autocompró su imperio para evadir impuestos
En el año 2004, los diseñadores crearon esta sociedad, con la que se compraron a sí mismos su propio imperio por un precio de 360 millones de euros y acabaron gestionando las ganancias de igual manera para evitar pagar el elevado impuesto de sociedad italiano, uno de los más caros del mundo.
La acusación plantea que los diseñadores han cedido las marcas que forman parte de su empresa a la sociedad Gado por 360 millones de euros, un valor muy inferior al real, valorado en 700 millones de euros.
Los diseñadores Dolce&Gabbana En 2010 Dolce & Gabbana fueron acusados de crear una caja fuerte en el extranjero para generar una planificación fiscal ilícita con el objetivo de ahorrar impuestos. A principios de 2011, un juez decidió archivar la causa contra ellos, formulada como un delito de estafa al Estado. Sin embargo, la Fiscalía recurrió al Tribunal Supremio y en noviembre del pasado año se procedió a juzgarles por evasión fiscal.
El pasado mes de marzo la Comisión Tributaria de Milán ratificó la multa impuesta en noviembre de 2011, de 343 millones de euros por evasión fiscal, que se refleja en unos 416 millones de euros por cada modisto y otros 200 millones por la sociedad Gado.
