" Para ser totalmente sincera, cuando llegué a la alfombra roja todavía pensaba que el vestido no era el mejor que podía haber llevado ", recuerda Jennifer Lopez para una entrevista en Hollywood Reporter. Las opciones por aquel entonces tampoco era muchas, su estilista la había dado a elegir entre el Versace tropical o uno blanco de Oscar de la Renta. La elección final parecía, de primeras, acertado: " Todos los ingredientes imprescindibles en Versace: sexo, colores luminosos y actitud salvaje ", los tres calificativos que mejor pegaban también con 'Waiting For Tonight', el single con el que la propia Jlo estaba nominada en aquella famosa gala de los premios Grammy del año 2000.
Convencida o no, el paso de la cantante por la gala no pasó desapercibida: "Por primera vez en cinco o seis años, estoy convencido de que nadie está mirando a mí", dijo David Duchovny, su compañero esa noche para hacer entrega de un galardón. Algo muy acertado ya que, excepto los allí presentes, el resto del mundo estaban tecleando en un todavía principiante buscador de Google para ver con todo detalle aquel escote infinito, esas telas transparentes y las aberturas de infarto que había lucido Jennifer Lopez.Y fue entonces cuando la demanda hizo que hasta Google se pusiese las pilas y crease el ahora conocido e usual buscador de imágenes, Google Imágenes. Bien es cierto que este Versace había sido visto ya en ocasiones anteriores : Amber Valletta lo había lucido sobre la pasarela y en la campaña de la colección en 1999; Donatella Versace en la gala MET de ese mismo año; y Geri Halliwell tan solo un mes antes de que lo hiciese Jlo en los Grammy. Pero aún así fue la cantante y actriz la que hizo de aquella pieza un momento histórico. Ahí es nada.
Todas las veces que Jlo emuló aquel icónico vestido
Para Jlo no fue fácil la responsabilidad que le cayó sobre su hombros. Por aquel entonces había aparecido en apenas 5 películas, había publicado un único disco, 'On the 6', y había cosechado algún que otro fracaso profesional. Pero de pronto se convirtió -literalmente- en el ombligo del mundo. También por este mismo motivo, la cantante evitó este tema y, sobre todo, este vestido durante años. Lopez parecía haberse reconciliado con él después de un tiempo cuando, durante un concierto, apareció con un vestido similar pero mucho más recatadito. Volvió a recurrir a este estampado una vez más convertido en mono.Pero la guinda del pastel y la declaración de intenciones final fue, sin ninguna duda la subida a la pasarela de Versace como una auténtica diva. Si bien es cierto, hay ciertas modificaciones en él que parecen haber sido condicionantes de la cantante antes de enfundarse la pieza. El mayor de los errores es la maya transparente que empieza debajo de su pecho y hace que ninguna de las tiras del vestido que hacer formas imposible por el cuerpo de la cantante se salgan de su sitio y así evitar sustos. A diferencia del vestido de los 2000, la ligereza de la tela y el escote pronunciado del vestido hacían de aquello un auténtico riesgo y algo mucho más morboso para los millones de mirones que buscaron el vestido en un buscador por aquel entonces inexistente.